Su abuela era de reírse y bailar, como esas gitanas de la época que hacían un guiso de pescado y comían todos en casa cuando llegaba el marido del trabajo. Dolores Méndez Heredia marcaba bien el baile por bulerías, con ese compás trepidante de la familia en cuyas fiestas todos sus miembros participaban fueran más o menos artistas. La Paquera de Jerez, sobrina carnal y directa de la mencionada, volvía a sus raíces cuando ya era primera figura y triunfaba en los grandes escenarios de Madrid y España entera, y lo hacía porque le gustaba reírse de las ocurrencias de sus ancestros y comerse un plato de esos guisos, de pijotas o acedías que le hacían recordar sus primeros años de vida en los que las acuciantes fatigas se hacían presente en tiempos de posguerra.
Esta saga estaba repartida por las calles Martín Fernández y Cerro Fuerte, calles del barrio de San Miguel cercanas a la Ermita de San Telmo, donde habita el Cristo de la Expiración y la Virgen del Valle, devociones cofrades de la familia que aún perduran. La propia Paquera dejó grabada una desgarradora saeta cantada a esta imagen en la serie de TVE, dirigida por José María Velázquez-Gaztelu, ‘Rito y Geografía del cante’.
Cuando se bautizaba alguno de los niños, todos se reunían para festejarlo, cantaba el Tío Eduardo, El Pili, El Pata, El Rubio, Alonso Méndez… bailaban las más jóvenes. Y se comía mucho pescao. Luego, muchos de la casta, se fueron a La Asunción y allí también se comía la gandinga, tripas o mollejas, pues el matadero estaba cerca.En la Nochebuena se cantaban las coplas que la Paquera ya había popularizado por todo el territorio nacional, se bebía anís y aguardiente, se festejaba la llegada del Niño de Dios. La Semana Santa era otro ritual cada Viernes Santo, cuando el Cristo llegaba al Cerro Fuerte. En la feria se reunían en la caseta del Chirri, donde venían a parar los grandes artistas del flamenco, la copla y del toreo o los gitanos de toda España para probar la comida de caza (perdices, pajaritos…).
En ese contexto de Cultura, porque no deja de ser un modo de vida que crea conductas y hábitos, el padre del protagonista del reportaje se ve inmerso en el cante y la gastronomía. Paco Ruiz Méndez, que ganó la Copa Jerez por Bulerías (año 1978), no se ha dedicado al arte de forma profesional pero no se perdía una fiesta entre servicio y servicio en la hostelería. El jerezano Mesón El Coto, de quien fue propietario el padre de Jesús Méndez, fue escenario de reuniones de muchos quilates con Manuel Moneo, Curro de la Morena, Curro Romero, Moraíto o cualquiera que apareciera. Jesús ayudaba a su padre en lo que hiciera falta y se empapaba de todo lo que iba surgiendo. Ese metal de Moneo le marcó para siempre.
Jesús debutó para sorpresa de todos en el Centro Cultural Flamenco Don Antonio Chacón, con apenas 18 años. Sorprendió porque no advirtió que se atrevería a ello. Salió un nuevo miembro a la luz del cante en esta prolífica familia. Fue creciendo en lo artístico hasta publicar Jerez sin fronteras (El Gallo Azul, 2008), con la guitarra de Moraíto, entre otros, llegando a contar con Juan Moneo ‘El Torta’ en Añoranza (Carta Blanca, 2012), su definitivo salto al pódium del cante flamenco de su generación.
El Alcázar de Jerez se llenó hasta la bandera en el verano del 2017 para acoger la presentación de Voz del Alba (LB. Flamenco, 2017), disco flamenco sin invenciones. Ahora, pasada la peor parte de la pandemia, se encierra en el Teatro Villamarta en solitario para dar a conocer su último proyecto discográfico titulado ‘Recordando a La Paquera de Jerez’, o lo que es lo mismo, el resultado de una vida marcada por los hitos que se han expuestos anteriormente en estas líneas.
Jesús recoge su esencia, la fragancia de su gente, el legado de los suyos, las letras de La Paquera, doña Francisca, la reina del cante de Jerez. Con Antonio Rey y Diego del Morao, guitarristas invitados, las palmas de Diego Montoya y Cantarote, la percusión de Ané Carrasco, y los Makarines, el cantaor expondrá su discurso flamenco de raza e interpretará títulos que su tía dejó para la historia como ‘Con un pañuelo de seda’, ‘Sevilla’, ‘Maldigo tus ojos verdes’, ‘Esto nuestro’, ‘De romería vamos’, ‘Homenaje a la Perla’, ‘Antonio el del cante de jondo’,‘Romance de Juan Osuna’…No dejarán a un lado la seguiriya o la soleá.
La orquestación con violines, chelo y contrabajo, y el piano de Borja Évora harán del concierto algo más que un recital: un gran espectáculo. Quedan muy pocas entradas, que pueden adquirirse en tickentradas.com en las taquillas del propio teatro, ese que vio triunfar a Paquera y que verá brillar a Jesús en esa noche del 26 de marzo a las 20.30 horas, noche en la que el cantaor viajará por su historia más personal.