Raphaëlle Pérez estaba llena de prejuicios negativos sobre el hecho de ser transexual y se sentía perdida al inicio de su tránsito, y ahora llevar a la pantalla sus propias vivencias en el largometraje 'Mi vacío y yo', dirigido por Adrián Silvestre, ha sido para ella "una catarsis y una experiencia terapéutica".
"Hemos intentado que sea lo más fiel posible a la realidad y recrear esas experiencias tal y como yo las había vivido para ser naturales, no fingir ni impostar, para que la historia sea verdadera, pura y real", explica en una entrevista con EFE Pérez, protagonista de la película y coautora del guion junto a Silvestre y Carlos Marqués-Marcet.
El largometraje, presentado este miércoles en la sección oficial del Festival de Málaga, empezó a gestarse cuando Pérez compartió con Silvestre el material con sus experiencias, que había escrito para deshacerse así de momentos en su vida "que fueron duros".
"La película se llama así porque sentía un vacío emocional tremendo, que no sabía cómo llenar, y pensaba que la única manera era quedando con chicos y tener lo que la sociedad esperaba, es decir, una pareja estable y ser perfecta, todas esas imposiciones que a veces este mundo del patriarcado nos pone a las mujeres encima de los hombros", explica.
Pero añade que, "a lo largo de ese viaje" se dio cuenta "de que esos encuentros no llenaban ese vacío, sino que hacían más hondo, más difícil y más complicado ese trayecto hacia la identidad".
"Espero que la película pueda mostrar una historia diferente a las que se habían contado hasta ahora y pueda ser útil a personas en la misma situación, que se sienten perdidas, no tienen un referente o les falta información en la que poder apoyarse para encontrar su propio camino".
Y, en este sentido, resalta que "lanzarse" a mostrar su historia en la pantalla le ha servido para "derrumbar los prejuicios e ideales que podía tener acerca de los hombres".
Por su parte, Adrián Silvestre apunta a EFE que, aunque la película se centra en las experiencias particulares de Raphaëlle, "nos apela al resto de la sociedad" y defiende la individualidad en el mundo trans en aspectos como la decisión de someterse o no a la cirugía de reasignación de género.
"He intentado entenderlo a través de ellas, y lo único que he sacado en claro es que es una decisión absolutamente personal e individual", señala el director valenciano.
Precisa que ha intentado "darles voz a ellas para que tengan ese debate de manera constructiva, que el público pueda ver que no hay una manera concreta de hacer las cosas y que los demás quizás deberíamos dar un paso atrás y no meternos tanto en lo que alguien hace con su cuerpo y en las decisiones que toma".
Silvestre ya hizo un retrato colectivo de seis personas transexuales en el documental 'Sedimentos', presentado en el Festival de Málaga de 2021, y ahora "todo ocurre a través de los ojos de Raphaëlle y es una foto del momento, habla del presente, de lo que está pasando en torno a este y otros debates a través de muchas voces breves que pasan por su vida, le dicen lo que tiene que hacer y se van".
"Estamos viviendo un momento álgido en el que se habla mucho de este tema, pero no hay un consenso, y para una persona que no olvidemos que empezó joven a transitar son un montón de mensajes cruzados que le hacen difícil discernir y encontrar un camino claro".
Sobre la participación de Marqués-Marcet en el guion, explica que, después de varias primeras versiones junto a Raphaëlle, la productora propuso "la intervención de alguien externo que leyera con ojos frescos y sin conocer a nadie", por lo que finalmente trabajaron "a seis manos" y hubo "mucha química" con el cineasta barcelonés, ganador de dos Biznagas de Oro a la mejor película en el Festival de Málaga.
Con 'Mi vacío y yo' espera ahora que "la gente que no vive eso pueda empatizar y conectar con ella, e independientemente de que les guste o no la película, les haga un 'clic' y se vayan a casa pensando".
"Al final, esta película nos señala a todos como sociedad, no va únicamente sobre la realidad trans. Nos pregunta si lo estamos haciendo bien como sociedad. Debemos mirar más hacia lo que nos concierne y dejar a los demás tranquilos ser felices", subraya Silvestre.