La exposición, que se inauguró ayer en la capital alemana y podrá visitarse hasta el 24 de mayo, incluye un total de 25 cuadros que cuelgan de las paredes de la Hamburger Bahnhof, una antigua estación berlinesa convertida en museo.
Con el arte de la acuarela, Walton Ford comenzó hace 15 años a pintar los diversos animales que se recogen en esta colección, donde se representan diversas situaciones surreales de aves, simios, fieras y búfalos, entre otros.
Bajo el título de The Sensorium, la imagen de una fiesta de monos, donde se pelean a la vez que comparten diversas frutas, da la bienvenida a los visitantes que entran en la exposición.
A primera vista, sus pinturas evocan los trabajos de los ilustradores franceses e ingleses del siglo XIX, aunque tras un examen más profundo, Ford deja a un lado lo natural para adentrarse en un universo pictórico lleno de complejas alusiones al mundo animal percibido por la mente del ser humano. En ese sentido, los tigres, leones, cigüeñas, gorilas u ovejas que pueden verse en Bestiarium, muchos de ellos a tamaño real, aparecen como protagonistas vivos manteniendo alegóricas luchas.
Así, en uno de los cuadros más grandes de la exposición, puede verse como un búfalo es rodeado por lobos que quieren atacarle, mientras que el fondo de la imagen es un apacible y verde jardín francés.
Entre las obras también destaca el cuadro que representa a un jaguar mordiendo el cuello de un bóvido en señal de ataque, al tiempo que la fiera es penetrada por su presa. Uno de los cuadros más apreciados por los asistentes a la inauguración de la exposición ha sido el titulado Baba.B.G, en el que se representa cómo un ave intenta alimentar a sus crías tras haber cazado un pescado que a su vez intentaba proteger a sus propios hijos.
Otra de las pinturas que cuelgan de las paredes de la antigua estación berlinesa representa el dolor de un águila real que emprende el vuelo tras intentar coger un tronco de madera con sus garras que incluía una trampa de cazadores.