La justicia alemana reabrió el año pasado el caso, que en 2007 quedó sobreseído tras negarse la justicia argentina a la extradición de Videla, a raíz del reciente hallazgo en el país suramericano de los restos del cadáver de Thomas Stawowiok.
Miembro de la Unión de Estudiantes y afín a los montoneros, Stawowiok desapareció el 21 de febrero de 1978, a los 20 años, a la salida de la fábrica donde trabajaba como químico.
Sus familiares recuperaron su pista un año y medio antes, después de que su padre, Desiderius, de 84 años, viajara a Buenos Aires tras recibir el aviso de que uno de los cuerpos hallados en agosto de 2004 en una fosa común de Lomas de Zamora podía corresponder a su hijo.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) cotejó una muestra genética de los restos encontrados con los genes de Desiderius Stawowiok, lo que permitió la identificación del cadáver como el de su hijo, y, luego, la reapertura de las diligencias, fundamentadas en los indicios de tortura y posible asesinato.
La justicia alemana dio por sobreseído el sumario contra Videla tras años de diligencias, después de que el juez de Buenos Aires Sergio Torres rechazara la petición de extradición, ya que el dictador había sido procesado y condenado en su país.
La fiscalía de Nuremberg inició en 1990 diligencias contra Videla y Emilio Massera, entre otros miembros de la Junta, amparándose en los casos de dos desaparecidos alemanes, Elizabeth Kässemann y Klaus Zieschank.
En 2003 dictó orden de prisión contra ambos encausados, a lo que siguió en 2004 una petición de extradición del gobierno alemán, por la muerte de Kässeman, estudiante de teología e hija del destacado pastor luterano Ernst Kässeman.
La joven Kässeman fue vista por última vez con vida en marzo de 1977, en que fue secuestrada, posteriormente torturada y finalmente ejecutada en Monte Grande, provincia de Buenos Aires.
Zieschank fue detenido por civiles armados en San Martín, provincia de Buenos Aires, en marzo de 1976, y, tras ser conducido a los centros de La Tablada y Morón, fue estrangulado y su cadáver presumiblemente arrojado al mar.
A esos dos casos se sumó en 2004 el de Stawowiok, que la propia fiscalía alemana abandonó en su momento al no haber aparecido su cadáver, por lo que sólo había indicios de desaparición.
El ex general Videla, de 84 años, presidió el país entre 1976 y 1981, periodo al que corresponden las desapariciones de estos tres alemanes, miembros de la resistencia.
Con varias causas pendientes en su país por centenares de delitos de lesa humanidad durante la dictadura, deberá hacer frente próximamente a un proceso por 30 homicidios, 552 secuestros y 264 casos de torturas ocurridas en el ámbito del Primer Cuerpo de Ejército.
Jorge Videla fue condenado a prisión perpetúa en el juicio a las juntas militares, pero sólo cumplió cinco años porque fue indultado durante la presidencia de Carlos Menem, entre los años 1989 y 1999).