La experiencia de la bailaora María José Franco en Seúl, capital de Corea del Sur, ya puede definirse como “inolvidable”. Y no sólo le ocurre a ella, a la que se puede considerar capitana de un elenco de primera con Juan Manuel Moneo, a la guitarra, Manuel Moneo Carrasco, al cante, y el baile de Alejandro Rodríguez (de Villamartín). Los cuatro han conformado un espectáculo que se ha desarrollado en el Teatro Stadium durante diecisiete jornadas seguidas, desde que aterrizaron en la ciudad asiática el pasado 24 de mayo.
La acogida ha sido “más que positiva”, cada día iban a disfrutar del flamenco más auténtico un número considerable de personas que buscaban el compás del sur andaluz, sobre todo de Jerez. Incluso ha estado presente en alguna gala el Embajador de España que confirmó estar “ante uno de los montajes flamencos de mayor calidad que han pasado por Seúl en los últimos años”, comenta María José. “El repertorio iba desde las alegrías hasta la soleá por bulerías, o la farruca acabada en seguiriya, incluso un día toqué las castañuelas y se quedaron con la boca abierta”, teniendo en cuenta que la cultura flamenca en Corea nada tiene que ver con otros países asiáticos como Japón.
Lo que está claro es que allí no se va de turismo, cuando no estaban encima del escenario aprovechaban para impartir cursos de baile, toque y cante. “Les ha sorprendido cómo el cante es el que invita al baile, pues ellos han estado acostumbrados a tomar clases con discos de flamenco y eso no es igual que cuando un cantaor se inspira y el tocaor te da la entrada o la salida”. Además de ello, Juan Manuel ha impartido sus cursos de guitarra en solitario, que también llevaba a la práctica en el escenario a modo de solo que, según relata la bailaora, “era de los momentos más aplaudidos de cada tarde”.
Muy interesante resulta la labor “evangelizadora” de estos embajadores del flamenco jerezano, en tanto en cuanto, muchos de los que han asistido a estos encuentros han conocido algo más del Festival de Jerez, o de la propia Feria del Caballo, “con la intención de venir en cuanto puedan y conocer de primera mano cómo se vive en la ciudad, con sus gentes, su gastronomía y sus vinos”.
De comida también hablan estos artistas. “Aquí se come muy bien, sobre todo por el pique o una salsa estilo barbacoa que se utiliza para casi todo y es muy característica”, apunta María José. Añade que “la gente de aquí es muy amable, nos traían frutas, dulces, flores… y estaban constantemente pendiente a nosotros”.
Y si ha quedado alguien contento ese es el empresario y promotor que ha apostado por ellos, pues cada noche llegaba con cara de felicidad tras la función gritando “I´mveryhappy”.