Lo peculiar de estos manuscritos, que han superado el paso de los siglos gracias a que sus propietarios los envolvieron en paños de lino y con piedras de sal, es que están escritos en árabe pero, en realidad, esos caracteres esconden palabras de la lengua castellana. Son, pues, representativos de la “escritura aljamiada”, del árabe “aljamí”, “extranjero”.
Con motivo del IV centenario de la expulsión de los moriscos por Felipe III, se han rescatado de diferentes bibliotecas españolas y de la Nacional de Francia los manuscritos más importantes en escritura aljamiada para la exposición Memoria de los moriscos. Escritos y relatos de una diáspora cultural, que podrá contemplarse hasta el 26 de septiembre.
La exposición reúne unos setenta manuscritos de gran belleza (en el mundo se conservan 250 de literatura aljamiada), y todos ellos “extraordinarios", explico a los periodistas el comisario de la muestra, Alfredo Mateos Paramio.
En esa escritura híbrida entre el español y el árabe, que ha permanecido cuatro siglos olvidada, el visitante se encontrará con comentarios del Corán y leyes islámicas, devocionarios y manuales de práctica religiosa, etc.