Los 70 delegados de países y organizaciones internacionales que se aglomeraron en un Ministerio de Exteriores rodeado por varios anillos concéntricos de seguridad dieron su consentimiento a los planes de Karzai, aunque con abundantes exigencias y recordándole su compromiso de tomar, también, las riendas de la seguridad del país para 2014.
Los reunidos expresaron “su firme apoyo a que se canalice al menos el 50 por ciento de la ayuda al desarrollo a través del presupuesto del Gobierno afgano en dos años”, según la declaración conjunta emitida al término de la conferencia.
Además, los países donantes asignarán en los próximos dos años el 80 por ciento de su ayuda a los “programas nacionales prioritarios” de Karzai, a quien exigieron proyectos, calendarios y presupuestos bien detallados para octubre.
No se ofrecieron cifras concretas pero un borrador hecho púbico por el Gobierno afgano días atrás incluía planes por valor de unos 9.000 millones de dólares, de los 12.000 ya comprometidos por la comunidad internacional.
Los delegados en Kabul reflejaron su conocido recelo por la corrupción de la Administración afgana y pidieron que se sienten las bases para una fuerza especial contra los delitos, un tribunal anticorrupción, una ley de auditoría e incluso salarios unificados para empleados afganos que trabajen en programas financiados con ayuda extranjera, todo ello con plazos cortos y concretos.
Tampoco pasaron por alto el fraude electoral de 2009 y exigieron que las elecciones parlamentarias del próximo otoño sean transparentes.
En el discurso inaugural, Karzai describió el renovado apoyo que pedía a la comunidad internacional como “una oportunidad única” para Afganistán y asumió que las fuerzas de seguridad afganas se responsabilizarán de las operaciones militares en todas las provincias para finales de 2014.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, se hizo eco del sentido de inminente “urgencia” que acompaña a la cesión del control militar a las fuerzas afganas, en vista de que las tropas internacionales que completarán su despliegue en agosto (hasta 150.000 efectivos) tienen previsto iniciar su retirada en julio de 2011.