Corresponde a las siglas de depresión aislada en niveles altos. La definición más detallada se encuentra con facilidad durante un paseo por la Web, sin embargo, nosotros seguimos pensando en la antigua gota fría para retroceder aún más y quedarnos con el cambio y arrullo del tiempo indicador de la vuelta al colegio. Facebook recoge micro textos y poemas breves con este septiembre tan evocador por los cambios y el respiro al calor tan soportado como olvidado de un verano a otro. En cualquier caso, nos regala una escala de grises con tanta belleza como asombro, ocultando el azul que asoma cuando el sol jironea las nubes más ligeras. Es el encanto de septiembre, la claridad que se matiza endulzando el fruto tardío, dorando las hojas mientras la chaqueta abandona la percha para ir alargándose hasta ser chaquetón o abrigo con mayor antelación cada año.
Si el titular no se lee, si es una palabra oída, la memoria se pone en marcha para llevarnos al laboratorio donde se creó uno de los primeros perfumes sin perder el nombre de eau de toilette. Tabú, colonia intensa en la primera gota sobre la piel, iba suavizándose hasta ser una fragancia especial con un punto de frescura al absorberse totalmente. Un riesgo y un logro para este laboratorio, cuyo tapón y frasco cuadrados con cantos ligeramente redondeados contenían una fragancia tan distinta como su nombre, corto y fácilmente recordable.
Estas últimas líneas del texto las escriben la imagen que la lectura rescata, la del violinista y la pianista besándose tras acabar una pieza musical. Es grato y curioso verlo impreso en los periódicos y revistas antiguas digitalizadas, dejando el movimiento del anuncio televisivo e incluso el título de la pieza, probablemente un adagio, al mandato de la memoria, rescatando el blanco y negro de la modernidad de entonces. Incluso se pueden oír los comentarios relativos a su nombre, participados en voz baja por su connotación.
La casualidad ha logrado que DANA, sin artículo y tanto enmayúsculas como oída, haya favorecido la imagen evocadora de un perfume de los años sesenta que hoy cuesta treinta y seis euros con noventa céntimos, aunque en algunas páginas de colección el precio de este elogio de los laboratorios Danano alcance más de seis. Y a pesar de todo, su olor nos llega con los primeros goterones fríos de esta lluvia tan esperada, taconeando sobre las hojas aún verdes, resbalando por su tersura, sin descansar sobre la tierra, porque la bebe con fruición. Inigualable el olor seco que evapora mientras va mojándose.
