“La tolerancia necesita que el hombre reconozca a otro hombre o persona; pero para eso se necesita que se tengan valores. La tolerancia no se puede establecer por decreto u ordenanza. La integración del ser humano en otra sociedad viene por sí sola”, explica a Efe Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002.
Una reflexión que el autor enlaza en Los cuadernos de Rembrandt, publicado por Pre-Textos, con otros apuntes sobre la transformación de los medios de comunicación, el ensayo, la necesidad de la narración, la vieja Europa, el pensamiento, la filosofía, la iglesia o el repaso a autores como Walter Benjamin, Roth, Rancine, Simone Weil, Nietzsche, Pascal u Oriana Fallaci, entre otros muchos.
Así, con lucidez e ironía y con una escritura liberada de modas, corrientes o cenáculos, el abulense Jiménez Lozano, que en mayo cumplió los 80 años, plasma sus pensamientos para que el lector reflexione “o simplemente los lea con placer, le inviten a una sonrisa o a un desacuerdo”, dice.
Propuesta que ya hizo Lozano en otro volumen anterior que recogía también sus pensamientos bajo el título Advenimientos.
Un pintor de Alejandría, publicada en el mes de mayo, es la última novela de este humanista.