El anuncio se ha hecho durante un acto en el que el dirigente de la antigua Batasuna Rufi Etxeberria y la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, han leído en castellano y euskera una declaración en la que se afirma que este nuevo partido "deberá rechazar el uso de la violencia o la amenaza de su utilización para el logro de objetivos políticos".
En este sentido, han subrayado "que el compromiso de este nuevo proyecto con las vías exclusivamente políticas y democráticas debe ser firme e inequívoco, no sujeto a variables tácticas o factores coyunturales".
"No hay cabida para forma alguna de coacción violenta en la estrategia independentista y socialista de este nuevo proyecto político y organizativo", han destacado Etxeberria y Beitialarrangoitia arropados por más de trescientos militantes de la izquierda abertzale, algunos históricos entre ellos, en un acto en el que no se han admitido a preguntas.
La iniciativa, anunciada un día después del acuerdo entre PSOE y PP para modificar la ley electoral y posibilitar así la expulsión de las instituciones de electos de agrupaciones que se declaren vinculadas a Batasuna, es fruto del debate interno vivido en el seno de la izquierda abertzale, han dicho, y "un compromiso más" con "la nueva fase que ya se ha abierto en Euskal Herria".
Han precisado así que este nuevo partido asume entre sus principios que "solamente desde el respeto a los principios democráticos se pueden concitar mayorías institucionales y sociales que hagan avanzar el proceso hacia un escenario de vigencia de los derechos individuales y colectivos en la senda de nuestro objetivos independentistas y socialistas".
Por eso el nuevo proyecto asumirá como instrumentos de la acción política "el uso exclusivo de la movilización y adhesión popular, la desobediencia civil, la lucha ideológica y la participación político-institucional".
De esta manera, "naciendo de la realidad y condiciones actuales", la izquierda abertzale ilegalizada quiere "impulsar el sueño de tantas generaciones", un "estado vasco para una Euskal Herria unida, independiente, euskaldún y socialista, construida sobre los valores del feminismo".
Y para lograrlo han defendido la necesidad de este nuevo partido "comprometido con Euskal Herria" y "que en esta coyuntura histórica impulse un escenario de paz, involucrándose en la dinamización de un proceso de diálogo y negociación que resuelva democráticamente el conflicto, traiga a casa a todos los presos y presas, exiliados y exiliadas, e instale un escenario de respeto de todos los derechos individuales y colectivos".
Otras bases políticas de la futura formación han indicado que serán junto a la independencia, el socialismo y una paz "basada en la justicia y la libertad", la euskaldunización, el feminismo, la solidaridad internacionalista y antiimperialista entre los pueblos, y la democracia participativa.
Con estas referencias estratégicas la izquierda abertzale asegura que hará propuestas estratégicas para un proceso de "acumulación de fuerzas independentistas y soberanistas progresistas", con capacidad e ilusión para modificar la actual correlación de fuerzas sociales e institucionales a fin de que ello permita "paulatinamente" provocar los cambios políticos y sociales que pretenden.