El Partido Socialista ha rechazado invariablemente las enmiendas que ha planteado el PP y que, insiste Landaluce, se elaboran desde la responsabilidad y el conocimiento de la realidad y de la situación de crisis que se vive en nuestro país, pero que recogían inversiones tan necesarias como una partida para el desdoblamiento de la N-340 en su tramo pendiente de ejecución, entre los municipios de Algeciras, Tarifa y Vejer.
Tienen que explicar por qué han votado que no a la construcción de un Centro Integral de Salvamento Marítimo en la Bahía, o para la construcción de una sede para la Guardia Civil del Mar, o por qué se han negado a apoyar una cantidad para proyectos como el estudio de infraestructuras férreas como el Corredor Mediterráneo o la conexión de las dos bahías (Cádiz-Algeciras).
Los presupuestos previstos por el Gobierno socialista son un engaño y no cumplen el cometido de dotar a Algeciras de mayor y mejores posibilidades de desarrollo.
Por el contrario, el Partido Socialista trata de confundir a la opinión pública aportando unas cifras de inversiones que, para empezar, no cumplen las expectativas de Algeciras y que, además, no son reales, puesto que juegan con partidas que no pueden ser tratadas como inversión directa. Como ejemplo, Landaluce se ha referido a las cantidades incluidas en el documento de presupuestos para los conocidos como “planes de reindustrialización”. Se trata de cantidades a devolver, por lo que no son inversiones reales. Para hablar Sobre este asunto, y para ser fieles a la realidad, el PSOE debería remitirse a la época en la que se gestaron este tipo de ayudas, concretamente en el año 2000, con un Gobierno del Partido Popular, que ideó estas ayudas para evitar los “desequilibrios territoriales” que se hacían patentes en la comarca.
Como también es preocupante que los dirigentes socialista se vengan jactando de la aportación que incluyen los PGE para el Puerto de Algeciras, cuando es el propio puerto el que genera no sólo la cantidad que recibe, sino mucho más para el mantenimiento del sistema portuario, concluye Landaluce.
