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Jueves 21/11/2024
 

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Las lagunas de Córdoba reciben un tercio del agua de todo el año en "un momento apropiado"

La laguna más grande de la zona, la de Zóñar, tiene en la actualidad una profundidad máxima de 10,5 metros sobre un tope de dieciséis

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  • Flamencos en la laguna de Donadío, en Córdoba. -

El agua que han recogido en el último mes las lagunas del Sur de la provincia de Córdoba, seis de ellas protegidas desde 1984, suponen el 37 por ciento de la media del anterior año hidrológico, unas lluvias caídas "en un momento apropiado" para la reproducción de las aves esta primavera.

Así lo ha señalado a EFE el director conservador de las Reservas Naturales de las Zonas Húmedas del Sur de Córdoba, Juan de la Cruz, en un momento en que tres de estos espacios protegidos, las lagunas de Tíscar y Dulce y el embalse de Cordobilla; y la laguna de Donadío, fuera de la figura de protección, tienen colonias de flamencos.

Este agua, que en los últimos diez días de lluvia ha supuesto una media del 26,51 por ciento del año hidrológico, hace que la mayoría de las zonas húmedas estén cumpliendo "su función ecológica", aunque aún las lagunas no han recibido el aporte de los acuíferos de las que se nutren, como son los casos de Zóñar o Rincón, ambas en el término municipal de Aguilar de la Frontera.

La laguna más grande de la zona, la de Zóñar, tiene en la actualidad una profundidad máxima de 10,5 metros sobre un tope de dieciséis, con la contribución directa y de las escorrentías, aunque también dispone de dos fuentes que le aportan agua.

La de Rincón y la de Amarga, esta en el término de Lucena, solo reciben de acuíferos, por lo que contienen únicamente unos veinte centímetros de agua, apenas imperceptible por la presencia de vegetación.

Rincón es una de las lagunas consideradas permanentes que se ha secado en los últimos años como consecuencia de la sequía de manera intermitente, por primera vez en septiembre de 2021, cuando tiene capacidad para una profundidad de cinco metros.

Sin reflejo aún de todas las lluvias

Pese al agua caída en el pasado mes, las zonas húmedas del Sur de Córdoba no reflejan todavía, en algunos casos, una mejoría sustancial, ya que, según ha explicado De la Cruz, a diferencia de donde se encuentran los embalses, en las sierras, "en zona de Campiña el terreno absorbe más agua, son arcillas y margas, incluso arcillas expansivas que sí tienen capacidad de absorber el agua".

Asimismo, en el agua que recibe cada laguna inciden las prácticas agrícolas que se desarrollan alrededor de su vaso. En aquellas donde se dan "buenas prácticas agrícolas y se hace el arado a favor de las curvas de nivel", la tierra empapa más agua y evita que se vaya a la cubeta antes, mientras que, en otras, como ha ocurrido en Jarata, en Montilla, recién restaurada por la Junta de Andalucía, las escorrentías han permitido que se llene hasta aliviar agua al arroyo colindante, tras alcanzar los 1,3 metros de profundidad máxima en sus 4,5 hectéreas de extensión.

En el caso de Tíscar, una de las referencias en la migración y reproducción del flamenco en el Sur de la provincia de Córdoba junto el embalse de Cordobilla, los veinticinco centímetros de agua que ha cogido con las recientes lluvias ha permitido, con algo más de catorce hectáreas de cubeta, superar el metro de profundidad máxima, según datos recabados por la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Córdoba.

Pese a ser la de más extensión de las zonas húmedas protegidas, con 37 hectáreas, la laguna de Zóñar ha sido la que más volumen de agua ha cogido, con medio metro más, por delante de Amarga, que ha subido treinta centímetros (1,3 metros de profundidad) y Tíscar, que ha aumentado en veinticinco, hasta los 1,05 metros.

Las otras tres lagunas, Rincón; Conde o Salobral, en Luque; y Jarales, en Lucena; han aumentado entre cinco y veinticinco centímetros, "comenzado a almacenar agua, pero es poco perceptible por la vegetación herbácea", ha precisado Juan de la Cruz.

Vigilancia también sobre lagunas no protegidas

La Junta de Andalucía también mantiene en vigilancia el resto del rico patrimonio de humedales de la provincia cordobesa que no se encuentra protegido como reserva natural, esté o no incluido en el Inventario de Humedales de Andalucía.

La laguna del Donadío, en el término municipal de Santaella, tiene esta consideración desde 2007. En las últimas lluvias ha cogido treinta centímetros y ha sido el lugar donde más lluvia ha caído en el último mes, 177,8 litros, el 78 por ciento, 139 litros, en el período de los últimos diez días de precipitaciones. Es la única fuera de las reservas naturales que acoge a flamencos.

Las lagunas del Rincón del Muerto, en Baena, inscrita el mismo año, y la de Jarata, incorporada desde 2018, han subido veinte centímetros.

Otras también están monitorizadas pese a no estar en el Inventario de Humedales de Andalucía, como es el caso de la Grande del Arrecife, en el término de La Carlota, que ha subido veinte centímetros hasta duplicar su profundidad y alcanzar los cuarenta centímetros, o la de las Quemadillas, en Córdoba, que alcanza entre los cuarenta y los cincuenta centímetros de agua.

La Laguna de la Mohedana, en La Guijarrosa, tiene cuatro de sus vasos de inundación con distintas profundidades, y con entre cinco y veinticinco centímetros de agua están las de Quinta, de Casasola y de Consuegra (Baena), de San Cristóbal (Cabra), de los Arenales o Navarredonda (Puente Genil), Albina y del Taraje (Lucena) y la de las Pinedas (La Carlota).

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