Los agentes, a bordo de una lancha rígida del cuerpo policial, detectaron movimiento en el agua del mar junto al final de la pista de aterrizaje en la zona oeste. Los dos españoles iban vestidos con trajes negros de agua y portaban el tabaco en el interior de bolsas de plástico atadas con cuerdas.
Se dio aviso a los agentes basados en el aeropuerto y ambos españoles fueron detenidos. En Gibraltar el tabaco confiscado alcanzaba el valor de 3.000 libras, cantidad que se ve duplicada si se vende en España.
En un trabajo conjunto con la RGP se aseguraron de que no eran buscados por otros delitos y tras ser trasladados al acuartelamiento Rooke fueron puestos en libertad bajo fianza.