El roscón es un postre cuyo proceso de elaboración es largo y laborioso para el obrador
En una de las pastelerías especializadas en la elaboración de este dulce en Rota, la última semana ha sido de verdadero infarto para su propietario y sus trabajadores. Incluso con lista de espera, desde hacía siete días venían recibiendo encargos para producir en grandes cantidades el típico rosco de pan dulce, glaseado y con diferentes rellenos, además de las esperadas y clásicas sorpresas del roscón.
El propietario de la pastelería, Jesús Benítez, confirmaba a este medio que durante los últimos días “tenemos hasta los horarios cambiados”. Más de mil roscones han sido trabajados en estos días por su obrador, uno de los más demandados por los ciudadanos de Rota, además de los roscones gigantes que ofrecen por invitación del Ayuntamiento de Rota las tardes que el Cartero Real estuvo atendiendo a los pequeños en el Mercado de Abastos.
Para Benítez, además de lo sabroso, lo destacable de este postre es su largo y laborioso proceso de realización. Desde la producción de la masa, su pesado y división en bolas, que luego darán ligar a los roscos de diferentes tamaños; el proceso de fermentación de la masa, su decoración con frutas escarchadas y su posterior cocción y dorado; la introducción del relleno a gusto del consumidor, y de la sorpresa, y el haba que hará pagador al que se la encuentre en la boca; y su decoración final y envasado para su venta al público.
Por tanto, y a pesar de que se esperaba una reducción de las ventas por la crisis económica, en este obrador roteño no han cesado de trabajar para que todos pudiesen llevarse a la boca un pedazo, y quién sabe, coronarse como rey.