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España

Paz social a toda costa antes del 25-M

Lo que no les dijo el alcalde fue lo que iba a ocurrir sólo unas horas después: la reclasificación de la plantilla de la Policía Local

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  • El alcalde. -
El pasado jueves por la mañana, a pocas horas del inicio oficial de la campaña para las elecciones andaluzas del 25 de marzo, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, presidió el acto de entrega de medallas a veinte miembros del Cuerpo de Bomberos de la ciudad que acumulaban veinticinco años de servicios, con motivo de la festividad de su patrón protector, San Juan de Dios. Asimismo, fueron distinguidos por la primera autoridad de la ciudad otros diez bomberos, ya jubilados.

Zoido pronunció un discurso en el que, ante las demandas de los miembros de este servicio sobre mejoras salariales y aumento de recursos humanos y materiales, les pidió que tuvieran paciencia y que fueran conscientes de “la situación heredada”. “No se puede mirar atrás, sino al frente, pero no se puede arreglar todo de la noche a la mañana”, insistió el alcalde, que para calmar los ánimos de los bomberos les aseguró que apuesta por una plantilla “dimensionada y acorde a las necesidades de la ciudad”, y que se comprometía a “ayudarles en todas las dificultades, con el objetivo de que estén orgullosos de un Ayuntamiento que respalda al Cuerpo”.

Trato desigual
Lo que no les dijo el alcalde fue lo que iba a ocurrir tan sólo unas horas después: la reclasificación de la plantilla de la Policía Local y la promesa a los trabajadores de la empresa municipal de limpieza (Lipasam) de hacer fijos a 57 personas que tienen un mero contrato de sustitución y de reforzar su plantilla para las fiestas de primavera (Semana Santa y Feria de Abril).

Este trato desigual a policías y bomberos fue explicado posteriormente por el Consistorio con el argumento de que los dos procesos no pueden realizarse de forma simultánea y que si se ha dado prioridad a la Policía Municipal es porque su plantilla es mucho más numerosa. Era la confesión inconsciente de que el orden de prioridades del Ayuntamiento, para evitar que se desatara la conflictividad social en el seno de la Corporación justo antes del inicio de la campaña para las elecciones en que Zoido concurre como cabeza de lista del PP por Sevilla, consistía en apagar focos de descontento laboral y posibles rebeliones allí donde primara el peso del número: Tussam, Lipasam, Policía Municipal y, en último lugar, el Servicio de Salvamento y de Prevención y Extinción de Incendios.

Por de pronto, la Policía ya se ha asegurado una reclasificación de las categorías laborales mediante una modificación de la Relación de Puestos de Trabajo (RTP) y el reconocimiento a una subida generalizada de sueldos que había pactado Monteseirín antes de la llegada de Zoido a la Alcaldía y antes por consiguiente de que el nuevo Gobierno de Rajoy decretara austeridad general en las administraciones y empresas públicas y congelación de plantillas y de salarios.

Frenar la huelga
Una vez sofocados los conatos de incendios laborales en Tussam -cuyos trabajadores han aceptado un recorte salarial del 5% durante dos años y un plan de saneamiento antes de conocer los acuerdos posteriores con otras empresas y servicios municipales, por lo que está por ver cómo reaccionarán ahora-, Lipasam y Policía, los bomberos, por su menor número de efectivos, pueden pasar a un segundo plano con la mera promesa de proceder a una reclasificación interna antes de que acabe el mes de abril.

En este sentido, ha sido sintomático el afán del gobierno local de evitar la amenaza de huelga en Lipasam, aunque fuera ‘in extremis’. Los sindicatos habían convocado una asamblea el viernes a las 14:30 horas para decidir si dejaban Sevilla sin recogida de basuras los días 22 y 23 de marzo, justo antes de la jornada de reflexión y del día de las elecciones autonómicas.

Y cuando se iba a debatir y votar la propuesta, la dirección de la empresa municipal les transmitió un acuerdo de la Comisión Ejecutiva y de la Gerencia, en virtud del cual se aceptaban todas las exigencias sindicales: convertir en fijos a 57 empleados que tenían solamente un contrato de sustitución para cubrir jubilaciones parciales y contratar, como en años anteriores, un refuerzo de unas 330 personas para Semana Santa y Feria y de unas 400 para cubrir las vacaciones de verano.

Filtración
Este compromiso de incremento de la plantilla se produjo cuando el Consistorio había filtrado convenientemente datos para demostrar justo lo contrario a la luz de las estadísticas de 2011, el año que según Juan Roig, presidente de Mercadona, lo único bueno que tendría sería que iba a ser menos malo que 2012. Y el Ayuntamiento había filtrado, y así se ha publicado en prensa, que por causa de la crisis económica y de la caída del consumo se recogieron 10.000 toneladas menos de basura en la ciudad, para justificar así una eventual negativa a admitir las exigencias sindicales, habida cuenta del descenso de la carga de trabajo.

Según el balance filtrado de forma estratégica por Lipasam en paralelo a las negociaciones con los representantes sindicales, ha habido menor recogida de residuos en 2011 que en 2010 en casi todos los capítulos analizados, salvo excepciones, como se pone de manifiesto en el siguiente balance:
-Total de residuos urbanos: 358.860 toneladas, frente a 368.145 en 2010.
-Residuos recogidos de forma selectiva: 55.816 toneladas, frente a 61.295 de 2010.
-Muebles, enseres, escombros y poda: 7.500 toneladas, por 11.700 el año anterior.
-Residuos en puntos limpios: 20.900 toneladas, por 19.850 en 2010.
-Aceite usado: 378 toneladas, frente a 478 el año anterior.
-Ropa usada: 1.300 toneladas, por 955 en 2010.

Pese a filtrar estos datos sobre la menor generación de basuras en la ciudad para tener lista así la argumentación ante la opinión pública en caso de una huelga en vísperas electorales, al final Lipasam ha conseguido ganar tiempo para que el alcalde-candidato pueda desarrollar una campaña electoral sin protestas ni piquetes laborales que le revienten sus mítines, como ya le ocurrió a Monteseirín en tiempos con los taxistas en Bellavista, sin que haya quedado claro todavía si realmente estos acuerdos serán avalados por el Gobierno de Rajoy o si, en tal caso, podrían generar un agravio comparativo con otros ayuntamientos.

Tasa de reposición
Como se recordará, el Ejecutivo de la nación aprobó al final de 2011 que la tasa de reposición en el sector público será cero, salvo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Servicios Básicos -Sanidad y Educación-, en los que se situará en el 10%, es decir, que sólo en estos casos se cubrirá una de cada diez plazas que queden vacantes. Además, se incluyó la lucha contra el fraude fiscal como servicio básico, por lo que los inspectores de Hacienda e inspectores de Trabajo también contarán con una tasa de reposición del 10%, “que no se superará en ningún caso”.

De momento, Zoido, además de ganar tiempo con estos acuerdos que le garantizan la paz social en el Ayuntamiento, puede alegar que cumple unos pactos previamente establecidos por la Corporación anterior y que satisface también las exigencias de PSOE e IU, los cuales viendo la posibilidad de meter baza en el conflicto que se avecinaba en las empresas y servicios municipales, le estaban acusando ya de ser el primer alcalde en aplicar la Reforma Laboral de Rajoy y de poner en peligro hasta 600 puestos de trabajo en el Consistorio y/o sus empresas.

Mayor tutela de Hacienda
El problema para el alcalde es que el Gobierno publicó al día siguiente de llegar a estos acuerdos con policías y Lipasam un Real Decreto Ley por el que someterá a todos los ayuntamientos de España que se acojan al crédito de 20.000 millones de euros para pagar deudas con sus proveedores, a una tutela especial de la Intervención General del Estado sobre las cuentas municipales, con el auxilio incluso de auditores privados si fuera necesario.

Al ser Sevilla una ciudad con más de 75.000 habitantes, el interventor municipal deberá rendir cuentas a Hacienda cada tres meses. Si el Ministerio estima que por la asunción de más gastos de la cuenta el Ayuntamiento incurre en el riesgo de no poder devolver el crédito a tiempo, lo obligará a aplicar más recortes o incluso le retendrá la participación en los ingresos tributarios del Estado.

Zoido deberá justificar ante Madrid cómo tras nueve meses de invocar la desastrosa “herencia recibida” de Monteseirín -el mismo discurso que repitió ante los bomberos- y la ruinosa situación de las arcas municipales, ha acabado encontrando la fórmula y el dinero para subir salarios y /o ampliar plantillas en empresas y servicios municipales mientras el Gobierno de Rajoy predica austeridad y aprueba en cada Consejo de Ministros un tijeretazo tras otro para recortar a marchas forzadas el déficit público.

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