Antonio Gil Jiménez, un rondeño de 71 años de edad, se convirtió en noticia a mediados de mayo por provocar un altercado en la sucursal que Caja Madrid tiene en la Carrera Espinel de Ronda. Los hechos ocurrieron pasadas las 10.00 de la mañana, cuando la presencia en la misma calle de una de las empleadas pidiendo ayuda alarmó a quienes pasaban ante la sucursal, que dieron aviso a la policía. A los pocos minutos se personaron en la oficina dos patrullas del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Ronda, que sofocaron la disputa entre este cliente y los responsables de la sucursal. Contaron entonces algunos testigos que Antonio había entrado «muy nervioso» a la oficina, donde acabó manteniendo una discusión de tipo verbal con su director, con el que llegó a forcejear.
Esta misma semana, quince días después, Antonio Gil ha presentado una queja ante el Defensor del Cliente de Bankia, donde exige que le sean devueltos los 18.000 euros que hace justo 3 años, en mayo de 2009, depositó en el banco, suscribiendo entonces con la entidad, sin saberlo, un producto basura llamado «Participaciones Preferentes Caja Madrid 2009». En su queja, a la que ha tenido acceso RONDA SEMANAL, Antonio asegura que confió entonces en la entidad «por su confianza» de años en ella; sin embargo, se relata en la reclamación, «no fue informado de las características de dichas participaciones preferentes», ni mucho menos del carácter de vencimiento «perpetuo» de las mismas. Así, tras solicitar la cancelación de dicho producto en varias ocasiones desde 2011, sólo recibió por respuesta un «ya le contestaremos», afirma en la queja. La primera comunicación oficial, sin embargo, no llegaría hasta abril pasado, cuando Bankia le informó que el valor de sus participaciones había caído hasta los 14.306,40 euros; un mes después, a principios de mayo pasado, el valor había caído hasta los 13.500 euros. Tales hechos provocaron que Antonio Gil protagonizara los sonoros enfrentamientos con los responsables rondeños de la entidad, más aún cuando Bankia se ha convertido en la auténtica protagonista no sólo de la economía española, sino incluso europea y mundial.
«El hombre reclama lo que es suyo», decía aquella mañana del 19 de mayo a RONDA SEMANAL un testigo de los hechos. Aquel día, incluso la Policía quitó importancia al asunto.
Antonio Gil, en su reclamación, pide la devolución del dinero basándose «en la falta de información y desconocimiento por la esencia de la operación», que califica de «abusiva». Asegura que no hubiese suscrito dicho producto «de haber tenido una mínima y correcta descripción del valor o de cómo comprometía las cantidades depositadas al albur de un mercado fluctuante».
La ley obliga a interponer este tipo de reclamaciones ante el defensor del cliente como primer aso antes de interponer una demanda judicial.
Casi 200 afectados por las participaciones preferentes
Unas 200 personas están afectadas en Ronda tras haber firmado productos basuras con diversas entidades. Los abogados que han tramitado la demanda de Antonio Gil se han encontrado con un caso concreto donde el vencimiento del producto contratado tiene como fecha el 31 de diciembre del año 3000. Distintos juzgados en toda España están admitiendo a trámite denuncias contra las entidades que han firmado este tipo de contratos con sus clientes.