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Punta Umbría

Verano 2012 en Punta Umbría

Reflexiones del cantante y escritor peruano Richard Villalón

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  • Richard Villalón, Cantante y escritor peruano -

Hay soledades que soportan siglos, la mía  atravesó varios países. La protejo con mi alegría fugaz,  mis manotazos furiosos contra el dolor programado, con el cuestionario cotidiano acerca de su existencia  y sus razones…


Hay veranos contundentes donde el espejo larga mensajes lentos, unánimes .Hay  apariciones inolvidables, como aquel  atardecer de Agosto cuando el mar se desliza detrás de uno, disimulando su inmensidad frente a la pequeñez en que nos convertimos  cuando algo nos asombra.


Le conocí en un concierto de Arturo Pareja Obregón.


Como pasa con las causalidades, fue  la cábala  para encontrarle, para resolver ciertos presagios. Tiene dedos nerviosos, voz de tatuaje vivo. Huele bien,  pero detrás de su rotundidad, se guarece su miedo, la fotografía de sus dudas, sus deudas consigo mismo. Eso me asaltó  cuando le vi llegar. La pasión violenta trae dentelladas sorpresivas, respuestas esquivas, novias amaneradas.
Ahora vigila mis noches, mis conversaciones baldías, se llega a mis manos con el tacto de su piel bronceada, rasurada, extrema, bajo su camisa de no entender. Aún no ubico el lugar exacto que me encandila, me tensa, me alivia. Conocerle ha sido un desastre parecido al nacimiento de un volcán en una isla lejana. Algo tan inhumano como un desahucio programado por  un banco. Algo tan contra natura como proscribir el aborto para hacer feliz a una iglesia.


Mis tías tenían pánico de ciertas herencias en mi familia. Hablaban siempre callando acerca de cómo el abuelo se internó en la selva del Amazonas para acostumbrarse a vivir sin luz, sin agua caliente,  con millones de mosquitos asediándole. Mis tías juraban  en mil teorías que su hermana, mi abuela, no tenia culpa alguna: “Hijita, algunos hombre son así, ya se cansará y volverá” .Mi abuelo militar entró a la locura a la edad de 48 años cuando nació mi madre, su hija dizque  póstuma,  quien fue el terrible detonante para que mi abuelo se fuera a buscar caucho y sensaciones antiguas postergadas.


Él sabía de la belleza muy concienzudamente, dejó a su mujer en una casa a las afueras de Arequipa (Perú) y cuando mi abuela quedó varada en esa cordillera sorda  comenzó su transformación fantástica de mujercita de  coronel en molino de viento, hilandera del silencio, criadora de ganado, constructora de acequias. Descubridora de muchas alquimias para defender cosechas milagrosas, capitana tenaz de las madrugadas heladas, abeja laboriosa en su panal de fatiga.
La vida los había separado para convertirlos en ellos mismos, verdaderos, sin traiciones íntimas. Ella quedó con un retrato oscuro de mi abuelo vestido de lino blanco. Para consolarse de su culpa ,mi abuelo en su casa de Belem do Para (Brasil), contrataba a una negra portuguesa para que tocara el piano los domingos por la mañana, recordando a su mujer abandonada, fosforescente, indeseada, flotando sobre el agua oscura que es el mal recuerdo.


Esa historia triste dejo mi paladar lleno de una amargura que a veces tiñe mis palabras.
Ahora, años después, escucho a Pareja Obregón tocando una canción diciendo sexo. La sala y su penumbra  asolan mi corazón.


A él cercano le adivino rutilante,  casi a mi lado. Abanico el calor espantando este febril anhelo, mis ganas de no haberle conocido, mi metrónomo insistiendo en saber más de su historia.
El escenario se llena de  Diego Amador, las letras las mal escucho pero me emborracho de flamenco, quedo hipnotizado .El teatro es una jungla  con animales vertiginosos, con ojos oscuros, con pantalones rojos .Imagino a mi abuelo salvándose de una anaconda. Lo sorprendió caminando, lo revolcó en el agua para  estrangularlo por todas partes y “sin firmar un documento, ni mediar un previo aviso, sin cruzar un juramento, hemos hecho un compromiso. Sin promesas nos marchamos, ni te obligas, ni me obligo y aún así sé que soñamos tú conmigo, yo contigo.” Pareja Obregón canta “El Compromiso y Diego “el amador” dispara su voz…


Eso me hace cumplir con la profecía: “Hay hombres que son así… se vuelven locos por otros hombres…”


Los seres humanos sobreviviremos a Ángela Merkel, a Rajoy, a los recortes presupuestarios, al 21 % del IVA  acabando este verano. Hay humanos que escapamos del copago en las medicinas, de los bombardeos en Siria, del siniestro lenguaje acerca de la Banca Española pidiendo al BCE más de 400.000 millones de euros .Sólo el 6% de los beneficiarios de la ayuda de 400€ encuentra empleo. La educación será un juego de amaestramientos con expertos recortados, los hospitales serán escenarios donde  la muerte  no tendrá más remedio que trabajar el doble por el mismo salario. Los sin papeles  podrían ser ahora bombas ambulantes si el gobierno les niega atención sanitaria y sigue poniendo énfasis en la palabra ilegal en sus  sudadas frentes.


Con su imagen a medio afeitar, como un talismán salvador pienso en su abrazo, en su sonrisa de alguien que se cruza con un marciano. Sus piernas me llevan por el camino de lo alucinante, la vida puede estar contenida en el sabor de un montadito .Mientras no hay aparcamientos en la noche de Punta Umbría, evoco a mi abuelo fantasma bebiendo placer en la boca de los indios, transpirando delicia en sus juegos libidinosos, transformando en felicidad lo mas duro de sus años, vagando medio vestido en la  selva del deseo.


Hay soledades que viven siglos sin endurecer, la mía  atravesó varios países…
En este momento debo cortar, no sé si tantos caracteres entran en un Wasap… 
Es lo único que no me podría perdonar, dejar de buscarte, intentar eliminarte.
Quedarme pataleando para que no me trague la deriva, buscando exagerado el faro extraño de tu mirada tenaz…

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