El trabalenguas
Baco se emborracha con su di-vino para una borrachera de presentación. "Que las verdades se peleen por salir dando tumbas de tu boca". Esta comparsa valverdeña llega a semifinales defendiendo en la primera letra de pasodobles la vuelta a casa de un joven y la pelea de un padre para sacar adelante a los suyos. En el segundo, crítica a las actuaciones policiales en las muchas manifestaciones ciudadanas. (Tema ya muy trillado este año). Cuplés. El primero, a lo que cuesta entender a las mujeres y la menestra de la cantidad de colores que distiguen en su cabeza. El segundo, al enganche a los móviles y las redes sociales, con sus iconos y demás. En el estribillo, regalan espidifrén (no sé si e escribe así) para la resaca. En el popurrí, un paseo por los efectos de tomar más copas de la cuenta y las verdades que afloran cuando Baco entra en nosotros. 'Glugluglú, glugluglú...'.
La gallina vieja
'Hola, hola, hola, holaaa, bueno, bueno, bueno, buenooo'... Las lolis de Gran Capitán 69 traen un primer pasodoble dedicado a las vías del tren que cargaban y descargaban en frente de su casa con una comparación con las cargas y descargas en sus servicios. Surrealismo made in Fali. En el segundo, letrón. Al tipo, doble y triple sentido para recordar las putadas que nos están haciendo los gobernantes. Grandioso. Cuplés, el primero para el salto de Félix Baurgamner (o algo así) y el segundo, alegato a su limpieza. Buenos. El popurrí, no recomendado para menores de 16 años (más o menos) narra las chirigoteras aventuras de estas prostitutas callejeras que han vuelto a dejar una actuación muy placentera. 'Dame más, dame más, dame más...'.
Los de la esquina
El conjuro de Bollullos llega con un primer pasodoble, bien medido en el verso, sobre los abusos policiales en la protestas ciudadanas. La música te mece. Grandes giros. El segundo, bellísimo. Al eterno amor de una madre a su hijo. Me he quedado sin palabras. Hagan por escucharlo. Las aventuras cazadoras del rey, en el primer cuplé. En el segundo, atienden a uno que llega a su tienda a una vela, porque no tiene ni pa' la otra. Buenos puntos. 'Que se convierta esta locura en mi comparsa'. El hechizo del popurrí sirve para acabar de embelasar al Gran Teatro. Música original de principio a fin. Comparsón, no, lo siguiente.
Game over
Esta comparsa de Valverde dedica un bellísimo pasodoble a la familia de Álvaro, el pequeño de Aljaraque aquejado de leucemia, con puñalada al freno eclesiástico a la investigación científica, y con alegato final a la buena sangre del onubense. En el segundo, tirón de orejas al poco amor que el alcalde de Huelva le pone al Carnaval Colombino enlazado con el amor carnavalero del pregonero Emilio Gutiérrez. Letra valiente. Muy valiente. Cuplés. El primero, a lo que diferentes famosos le cantan a sus niños, y el segundo, guiño a diferentes agruopaciones del concurso. Potente estribillo. Para cerrar un pedazo de pase por semifinales, un popurrí bien cantado, con verso directo y altamente reivindicativo. "El pueblo se consume sin que aparezca un golfo al que podamos señalar".
Con más caló que ojú
Esta refrescante chirigota olotense reivindica su derecho a cantar a Huelva, más allá de las críticas y ya van contando los días para el próximo febrero. En el segundo pasodoble, homenaje al hermano. Cuplés. El primero, la sorpresa que se llevaron vendiendo helados en la playa con una de las gallinas viejas de Fali Ramos. El segundo, viaje en taxi gratis en el vehículo del Linterna poque con ellos va el Purga. Su manera feliz de estar en las tablas es todo un agradecimiento a su presencia en las semifinales. Ojú qué caló.
Pesadilla
Una comparsa de miedo que sigue dando muestras de originalidad. Primer pasodoble, peculiar letra a los recortes, a bombo y caja en la mayor parte del repertorio. En el segundo, al cuello de las conversaciones de carpa y las críticas que están recibiendo las agrupaciones de Huelva capital. Raúl y Tete se llevan caña de sus niñas en los dos cuplés. Simpáticos. En el popurrí, el toque de musical, el dinamismo de la interpretación, la fuerza en el mensaje de algunas cuartetas ("Qué más da que el humo de la fábrica te mate si se puede trabajar") y la sobresaliente afinación y montaje de un grupo con sello propio, con la marca Barneto al alza, y la voz femenina dando razones para el sueño del Carnaval. Muy bien. Muy bien. Muy bien. Muy bien.