La delegada de Medio Ambiente y Deportes, Felisa Rosado, se ha puesto en contacto con el representante técnico de la Azucarera del Guadalete para conocer la marcha del proceso de secado solar de pulpa prensada de remolacha en una superficie de 2,5 hectáreas en las explanadas de la antigua Azucarera de Guadalcacín. Este proceso, que tiene licencia municipal con carácter provisional y que expira el próximo 30 de septiembre, convierte la pulpa procedente de la Azucarera de El Portal, una vez secada, en pienso para ganado.
La delegada explica que “se trata de una licencia provisional concedida al amparo de la legislación vigente. Nos hemos puesto en contacto con el representante técnico de la Azucarera para conocer de primera mano el avance del proceso y en qué medida ha afectado en los últimos días a Guadalcacín. De hecho esta mañana se ha celebrado una reunión en la que los responsables de la Azucarera han explicado a la alcaldesa-presidenta de Guadalcacín y a sus vecinos el proceso de secado de la pulpa y su protocolo y en la que también ha estado representada la Delegación de Medio Ambiente”.
ENSAYO EXPERIMENTAL DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
En cuanto a la autorización a través del cual se está realizado el secado de pulpa en los antiguos terrenos de la Azucarera de Guadalcacín, cabe destacar que en dicho procedimiento de licencia urbanística concedida consta un informe de la Delegación Territorial de Cádiz (Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente) fechado el 4 de abril de 2013 y en el que se indica que dicha actuación de secado de pulpa no requiere autorización en materia de residuos, “al considerar la pulpa como subproducto generado en las instalaciones de la Azucarera del Guadalete. Igualmente, dicha operación de secado no requiere de trámite previo de calificación ambiental, al no estar incluida entre las actividades de la Ley 7/2007, de 9 de julio, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, modificada por el Decreto 356/2010, de 3 de agosto”.
Cabe destacar que el proceso de secado de pulpa se enmarca en un ensayo experimental de investigación y desarrollo que tiene como finalidad estudiar su viabilidad económica previamente a su implantación a nivel industrial, ya que éste podría suponer la futura eliminación o reducción de los secaderos de pulpa en la fábrica, con el consiguiente ahorro energético, eliminación de dióxido de carbono y otros gases que provocan el denominado “efecto invernadero”.