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La Fiscalía defiende el archivo del caso de supuesto bebé robado tras una exhumación

La familia ha exhumado los restos, que corresponden a 1985, y las pruebas dicen que es una niña y no un niño la persona enterrada

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El fiscal jefe de Córdoba, José Antonio Martín Caro, ha defendido este miércoles la postura del Ministerio Público que ya archivó el caso de supuesto bebé robado que denunciaba la familia Cepas García y que ha realizado una exhumación y la posterior prueba de ADN de los restos que se encontraban en el Cementerio de San Rafael en Córdoba, que supuestamente eran de un niño, si bien las pruebas dicen que son los restos de una niña sin relación genética con la familia.

   En declaraciones a Europa Press, Martín Caro ha apoyado el trabajo realizado por la Fiscalía que en su momento ya archivó el caso, al igual que lo hizo el Juzgado de Instrucción y la Audiencia, como ha recordado, después de que la prensa provincial haya adelantado la noticia sobre la exhumación de los restos óseos.

   En este sentido, el fiscal subraya que "si hay algún caso que no tiene ningún sentido ser abierto es este", pero prefiere no desvelar detalles íntimos, a lo que añade que "sintiéndolo mucho", el Ministerio Público no va a cambiar "ni un ápice". Y es que, "la decisión se tomó en base a las pruebas que se hicieron en su momento y no se archivó alegremente", sino que "se archivó por las gestiones echas", destaca.

   De este modo, resalta que se acordó en su momento el archivo y comenta que "hay detalles en este caso en concreto que reafirman que se hizo muy bien" dicho archivo, al tiempo que señala que "no fue la opinión de la Fiscalía", sino que "luego fue el Juzgado de Instrucción y lo archivó; la familia recurrió y fue a la Audiencia Provincial, que también lo archivó".

   Por todo ello, Martín-Caro destaca que la decisión de la Fiscalía se mantiene "plenamente, porque no hay ninguna razón para cambiar de criterio, no hay ningún motivo", ha apostillado el fiscal jefe de Córdoba.

   En concreto, la familia enterró los restos de uno de sus hijos gemelos, que dieron por muerto al nacer en el Hospital Provincial en diciembre de 1985; si bien las pruebas de ADN concluyen que era una bebé que no tiene relación con la familia. El otro hermano, Andrés, vivió, pero les dijeron que el otro, al que dieron el nombre de Juan Ignacio y que no dejaron ver a la madre, había muerto a las dos horas de nacer.

   No obstante, el día 4 de septiembre de este año exhumaron los restos óseos de la sepultura del gemelo. Y ahora, el estudio genético dice que los restos enterrados en la tumba corresponden a "una niña, de algo más de siete meses y, aunque los huesos estaban bastante degradados, el perfil genético no corresponde ni con el de la madre ni con el del hermano gemelo", según ha explicado el director de Neodiagnóstica, Jaume Buj, del laboratorio de genética y toxicología forense que ha realizado la prueba.

LA VOZ DE LA FAMILIA

   De este modo, la hermana de Andrés, María José Cepas, reclama que "ahora, que la Justicia reflexione, que piense, porque no nos ha hecho caso y el tiempo nos ha dado la razón: es un caso de bebé robado".

   Al respecto, explican desde la familia que hace un par de años, cuando Andrés comenzó a escuchar la existencia de casos de niños robados, comenzó a buscar documentos y encontró "incongruencias y falta de datos, nadie pudo facilitarle su historia clínica y en el legajo de aborto, que se expide cuando un niño vive menos de 24 horas", aparece, pero "sin la causa de la muerte y sin coincidir las horas".

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