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El CAI Zaragoza arrolla al Rio Natura Monbus tras el descanso

Después del rapapolvo que el técnico del equipo aragonés, José Luis Abós, echó a sus jugadores tras la derrota frente al Herbalife Gran Canaria, el equipo demostró reacción

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El CAI Zaragoza arrolló al Rio Natura Monbus (85-58) en un duelo por los puestos que dan derecho a jugar las eliminatorias por el título tras un partido jugado a impulsos por ambos conjuntos y en el que el acierto maño tras el descanso decantó con claridad el resultado a su favor.

Después del rapapolvo que el técnico del equipo aragonés, José Luis Abós, echó a sus jugadores tras la derrota frente al Herbalife Gran Canaria, el equipo demostró reacción y fue capaz de superar con claridad a un oponente que se encontraba en un excelente momento de juego, sólo truncado por el líder de la Liga Endesa, el Real Madrid.

El dominio del rebote ofensivo de los visitantes le permitía segundas e incluso tercera opciones de lanzamiento en el inicio de partido que le hicieron ir por delante con ventajas mínimas hasta que el CAI, a golpe de triples, le endosó al conjunto gallego un parcial de 15-0 que le puso por delante de manera clara, 22-10, en el minuto 8.

El segundo parcial fue jugado a tirones muy claros en el marcador. Primero los hombres de Moncho Fernández marcaron un 5-12 en tres minutos y medio; después un 19-2 del CAI, para finalizar con un 2-7 que dejó el marcador en 43-35 al descanso y todo por resolver.

El inicio desangelado del equipo maño tras el tiempo de recuperación permitió a un acertado Rio Natura Monbus acariciar la remontada, aunque se quedó a tres puntos (43-40) en el minuto 22.

La reacción local fue inmediata y cuatro minutos después los hombres de José Luis Abós habían marcado la mayor ventaja a su favor hasta ese momento, 16 puntos (59-43), gracias a unos excelentes minutos de los hombres de la segunda unidad caista con especial mención para el base belga Jonathan Tabu.

El CAI aprovechó su estado de gracia en esos instantes para subir la diferencia progresivamente hasta los 27 puntos del marcador final ante un rival que se sabía derrotado desde hacía muchos minutos y que tuvo que asistir como un convidado de piedra al aluvión de juego rojillo.

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