Como ya adelantó en su edición de ayer EL FARO INFORMACIÓN, trabajadores de Abantia-Ticsa se adentraron en las instalaciones de la factoría Acerinox tras percatarse de que la empresa principal había confiado a tres trabajadores y un encargado de otra empresa contratada, Montur SL, con sede en Los Barrios, la reparación de unas tuberías de ácido, una labor que por el contrato en vigor pertenece a Ticsa.
Tras la intervención de Inspección de Trabajo, se paralizó la tarea, no sin antes producirse momentos de tensión con los empleados de Ticsa. A raíz de este conflicto, los representantes sindicales de Ticsa mantuvieron ayer por la mañana una reunión con el jefe de mantenimiento de Acerinox para hacerle llegar el malestar creado entre la plantilla, actualmente en huelga por los desacuerdos en la interpretación del ERTE. Después de esta reunión, desde Acerinox contactaron con la central de Ticsa en Madrid instando a “que se retomen las negociaciones” entre hoy -por ayer- y mañana -por hoy-, según comunicó el representante de UGT en el comité Francisco Moreno.
Izquierda unida
Por su parte, Izquierda Unida solicitó a la Inspección de Trabajo “la mayor diligencia posible en la investigación de este caso, para que se depuren las responsabilidades correspondientes”. En este caso, tanto la empresa principal como la contrata barreña podrían enfrentarse a sendas sanciones.
“Si se confirmará estos hechos, y fuera cierta esta vulneración de los derechos laborales ejecutada por la dirección de Acerinox, pondremos en conocimiento de la Consejería de Empleo, a través de nuestro parlamentario, Ignacio García, para que tengan en cuenta esta actitud de Acerinox en futuras relaciones, entre la Junta y la dirección de la factoría barreña”, declararon. Además, IU señaló que el pasado martes, el responsable del Área Económica de IU y secretario local del PCA, José Luis Alcántara, visitó a los trabajadores de Ticsa.
Recordaron que, además, el parlamentario andaluz por Cádiz, Ignacio García, ya pidió por IU la intervención de la Junta para evitar una interpretación unilateral de los acuerdos del ERTE, antes de la reunión con Bouza.
