Izquierda Unida llevó al Pleno convocado por la oposición una propuesta para que los miembros de la Corporación Municipal, de los cuatro grupos, firmaran un compromiso por la Transparencia como vehículo contra la corrupción.
“Hoy es la oportunidad de hablar en Marbella de transparencia y corrupción, cuando todavía nos tienen en todo el país como referencia de ello, no solo de la corrupción pasada, sino que ahora todavía sigue nuestro Urbanismo bajo sospecha. La Corrupción es un crimen contra el pueblo y tiene dos vías, las contrataciones y el propio Urbanismo, pero también tiene tres antídotos, la participación, el control social y la transparencia”, expuso el concejal de la formación, Miguel Díaz.
Luego el debate se tensó. Los miembros de la oposición ya sabían que el PP había presentado la gran novedad de la jornada, lo que se llama “moción de sustitución”, que significa que la formación que tiene mayoría absoluta cambia la propuesta del oponente, que no le gusta, por otra diferente, que sí se amolda más a sus intereses. En este caso, los populares querían que los grupos votaran a favor de un gran pacto autonómico, no solamente local. De nuevo Andalucía. Hay elecciones dentro de un mes y no faltaron los reproches como el del viceportavoz del Grupo Socialista, Ricardo López, quien preguntó a los populares si “¿no son capaces de poner aquí un código ético o es que la ética personal suya deja mucho que desear?
A este respecto, el concejal de Turismo, José Luis Hernández, erigido en eventual portavoz en esta materia, apuntó que “el Partido Popular fue la única fuerza política de la era GIL que aguantó el ambiente de brutal corrupción que vivió el Ayuntamiento de Marbella durante 15 años, una defensa activa de la dignidad de nuestra ciudad, que costó muchas presiones, malos tratos y desprecios, una lucha en la que la totalidad de los cargos públicos del Partido Popular encabezados por la alcaldesa dio una lección de honestidad, compromiso y fuerza moral. Además, el Ayuntamiento ha sido puesto como ejemplo de transparencia por la Universidad de La Laguna, la de Juan Carlos I de Madrid, la de Málaga y por el Consejo Consultivo de Andalucía en el retorno a la legalidad urbanística. Nos encontramos ante una propuesta que en principio puede parecer bien intencionada, pero en el fondo no lo es. Es superficial, porque el ámbito real de la lucha contra la corrupción pertenece a la aplicación de la Ley y no a las iniciativas electoralistas, y es incompleta porque la lucha contra la corrupción no debe realizarse de forma individual en un municipio aislado y menos viniendo de una formación como Izquierda Unida, que ha tenido responsabilidades de Gobierno y no ha aplicado esa misma iniciativa cuando ha podido aprobarla”.
Ante esa argumentación, luego a Hernández le recordaron que n los 90 su partido pactó con el GIL para afianzar los gobiernos de ambas formaciones en Mancomunidad, Diputación y el Ayuntamiento de Benahavís.
Al final no hubo pacto local. La oposición se ha abstenido ante la moción del PP, que sustituía a la de Izquierda Unida.