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Bueno acude al rescate del Rayo y hunde al Granada

Con la soga al cuello por su situación clasificatoria, el Granada saltó al césped consciente de que una de las bazas para ganar en Vallecas pasaba por imprimir un ritmo muy alto al choque desde el inicio

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Dos goles de Alberto Bueno, que ya es el máximo goleador histórico rayista en Primera, y otro de Adrián Embarba en la segunda mitad permitieron al Rayo Vallecano remontar a un Granada (3-1) que se adelantó a los siete minutos con un gol del colombiano Jhon Córdoba y que con esta derrota se hunde en el descenso.

Con la soga al cuello por su situación clasificatoria, el Granada saltó al césped consciente de que una de las bazas para ganar en Vallecas pasaba por imprimir un ritmo muy alto al choque desde el inicio.

Ese empuje inicial del Granada descolocó al Rayo, que se vio superado en intensidad por el cuadro andaluz y pronto empezó a dominar el marcador. A los siete minutos, un pase de Rubén Rochina a la espalda de sus marcadores, que tiraron mal el desmarque, habilitó al colombiano Jhon Córdoba para que éste, solo ante Cristian Álvarez, cruzara el balón con tranquilidad al fondo de las mallas.

La necesidad de remontada hizo que el conjunto madrileño saliera de su aturdimiento y comenzara a desplegar su habitual juego ofensivo y atrevido, lo que le valió para encadenar dos ocasiones muy claras por medio de Alberto Bueno. La primera con un remate de cabeza que sacó con una estirada Oier y la segunda con un disparo al filo del área pequeña que el portero despejó por alto a córner.

El Granada, al que le costó mucho jugar sin balón, solo dio en la primera mitad ciertas muestras de peligro aprovechando el eterno mal del Rayo, la falta de entendimiento entre portero y defensa en la salida del balón desde atrás.

El descanso le vino muy bien al conjunto andaluz, que volvió a salir muy enchufado al césped y durante los diez primeros minutos de la segunda parte metió en su campo al Rayo con un asedio constante, sobre todo por el costado izquierdo de Piti.

Todo lo bien que jugó el Rayo durante gran parte de la primera mitad se diluyó en los primeros compases de la segunda, con unos problemas tremendos para romper la línea defensiva del Granada, moviendo el balón de un lado a otro sin crear peligro.

Ese bloqueo del Rayo, unido a que el Granada cada vez estaba más cómodo y poco a poco iba llegando con más peligro al área local, provocó que Paco Jémez diera entrada al extremo Adrián Embarba y al delantero Manucho y situara una defensa de tres.

Su apuesta no tardó en surtir efecto porque Manucho, en la primera acción que tuvo, recortó a su marcador en línea de fondo y puso un balón para que Alberto Bueno igualara la contienda.

El gol dio alas al Rayo y, en el argot de los boxeadores, mandó a la lona al Granada, que se hundió anímicamente y solo unos minutos después recibió otro mazazo con el segundo gol de Alberto Bueno, que vive últimamente en un permanente estado de gracia.

En los minutos finales, el encuentro se trabó en exceso, en parte a los nervios del Granada, que ya no supo inquietar a un Rayo que volvió a jugar con defensa de cuatro para asegurar un resultado que en ningún momento corrió peligro y que amplió con un gol de Adrián Embarba en el tiempo de descuento.

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