No obstante, quiso dejar claro que “no justificaríamos que cuatro millones de parados que hay en este país buscasen una actividad ilícita aludiendo que lo hacen para alimentar a sus hijos”.
En cualquier caso, se lamentó de que muchas personas “que habían comenzado a coquetear en el pasado con el tráfico de drogas, comenzaron a trabajar y normalizaron su vida, pero después de vivir por encima de sus posibilidades se han encontrado en la necesidad de dedicarse al tráfico de drogas y retomar estas actividades, que en cualquier caso no se justifican y denotan falta de escrúpulos”.
Condenas
Mena abogó ayer por el cumplimiento en España de las penas impuestas a traficantes del país que fueron detenidos y encarcelados en Marruecos. Mena se mostró partidario de que “se les apliquen las condenas que les hayan impuesto” pero “en cárceles españolas”.
Al mismo tiempo, mostró su pesar ante las denuncias de presos españoles en cárceles del país norteafricano por la supuesta “precariedad” que sufren estos reclusos, algo que “no le deseamos a nadie”, si bien reconoció que pese a mostrar esta postura a favor “se trata de una lucha que corresponde a otras instancias”.
Aún en el ámbito penitenciario pero volviendo a España, Mena se lamentó por el hecho de que las cárceles del país se ven “imposibilitadas” para ejercer sus labores de reinserción a causa de la sobrepoblación que soportan, lo que en muchos casos es motivo de reincidencia en delitos como el tráfico de drogas. “Pese a que desde que Mercedes Gallizo se hizo cargo de la Dirección General se está haciendo un buen trabajo en la aplicación a los presos del artículo 182 y los subdirectores de tratamiento están haciendo una buena labor, la realidad nos sigue desbordando a todos”, agregó.
El presidente de Alternativas y de la Federación Provincial contra la droga Redes insistió en que debería invertirse más en personal especializado y medidas que propicien la reinserción antes que en la construcción de nuevos centros carcelarios, ya que ello no está solucionando el problema del exceso de población reclusa.
Recordó, en este sentido, que el centro penitenciario de Algeciras, con más de 1.750 internos, supera en casi el doble la capacidad inicial con la que fue concebido (cuenta con 1.008 celdas). Para él, la proliferación de módulos libres de drogas, como el módulo siete de Botafuegos, o la creación de módulos de respeto, de los que actualmente hay dos en el recinto, son fundamentales para evitar las recaídas de los internos tanto en el consumo como en el narcotráfico.
