andrés Bódalo lleva más de dos décadas de sindicalismo agrario y este año ha irrumpido en la política. Primero, en mayo, fue elegido concejal de Jaén en Común (JeC) en el Ayuntamiento de Jaén y ahora aspira a dar el salto a la política nacional al presentarse como cabeza de lista de Podemos al Congreso de los Diputados por la provincia de Jaén. Su nombre se ha colado en los debates de los líderes nacionales, que reprochan a Podemos que haya elegido como candidato a un condenado por la agresión a un concejal de Jódar. Bódalo defiende su derecho a concurrir a las Elecciones al no ser firme la sentencia (se ha recurrido ante el TS) y, en todo caso, marca distancias con otros imputados y condenados por casos de corrupción.
¿Qué le llevó a presentarse?
–A Jaén le faltan muchas cosas, sobre todo políticos serios que defiendan la provincia, pues hasta ahora no lo han hecho. Estamos en la peor situación de toda España en cuanto a paro, pobreza o infraestructuras, y encima no paramos de perder población, como lo demuestra que hayamos perdido un diputado por el descenso demográfico.
¿Y qué propone Podemos?
–Lo importante es dar la cara, salir a ganar, una voz como la de Podemos es más que necesaria en el Congreso de los Diputados. Otros han tenido la oportunidad y no han conseguido poner a Jaén en el lugar que le corresponde. La política no ha servido para que Jaén crezca en todos los conceptos. Ha sido un fracaso del bipartidismo. Nosotros creemos que es preciso poner en valor los recursos que tenemos. Apostamos por el olivar tradicional y no por el intensivo, y defendemos una PAC donde las ayudas sean para que los labran la tierra y no para los especuladores. Hay fincas en la provincia que están abandonadas, y pedimos que se expropien por carácter social. También el 70% del monte está privatizado, tenemos que recuperar los montes y que sean públicos. En Jaén hacen falta unos 600 trabajadores para reforestación y trabajos de limpieza del monte.
Pero la nueva PAC está cerrada hasta el 2020.
–Sí, pero el BOE permite aplicar políticas sociales en ese sentido.
Entonces, ¿el monocultivo del olivar es bueno para Jaén?
–El monocultivo del olivar ha sido bueno para el medio rural y para fijar la población y por eso hay que seguir apostando por él. Pero es preciso complementarlo con otras experiencias de agricultura alternativa al olivar. Ya hay experiencias, como en La Loma o en Mágina con el espárrago blanco, que generan más de 2.000 empleos.
¿Y en infraestructuras dónde está el déficit?
–El ferrocarril es estratégico para Jaén, y no hay servicios suficientes. Apostamos por un transporte de cercanías y de media distancia y no tanto por el AVE. También es preciso mejorar la mejora de la red de carreteras, que en algunas comarcas son tercermundistas, y eso es inviable para que el turismo llegue a nuestra provincia. También tenemos carencias en materia de sanidad (hace falta la Ciudad Sanitaria) y en educación.
Y ante el paro ¿cuál es la receta para Jaén?
–Tenemos la mejor generación de jóvenes, pero por desgracia no les queda otra alternativa que irse fuera de Jaén. Hemos tenido un cinturón industrial en la zona norte de la provincia y hay que reactivarlo. También a través de los subproductos del olivar se pueden crear más empleo, como por ejemplo que la maquinaria oleícola se fabrique aquí y no la importemos de otros países.
¿A qué atribuye el fenómeno de Podemos?
–El éxito ha sido la lucha contra la corrupción, que se ha instalado en otros partidos políticos y en el propio Estado. Creo que este fenómeno empezó a despertar con el 15-M y con las marchas de la dignidad. Con Podemos se está demostrando que otra política es posible, la política de igualdad, en atender los derechos fundamentales de las personas, salud, y sobre todo transparencia y honradez.
¿Cree que su condena judicial le va a suponer una losa para salir elegido diputado?
–Lo primero que hay que decir es que mi condena no es firme, hay un recurso de casación ante el TS y por eso me presento. Como yo hay otros muchos condenados que van en listas en otras provincias y en otros partidos. Pero mi situación no es la de Bárcenas, Rato, Chaves, Griñán o Zarrías, por ejemplo. Mis 20 años de sindicalista me avalan; he tenido muchos juicios y multas pero nunca ha sido por robar.
¿Se considera un radical?
–No, no soy radical pero tampoco soy ambiguo, sino que voy a la raíz de los problemas y poniendo buenos cimientos, pero nunca utilizando la violencia, y sí la palabra. n