Cáritas de la Diócesis de Cádiz y Ceuta ha señalado que destinó más de 2,6 millones de euros contra la precariedad social en 2015 en los distintos proyectos, centros y servicios de ayuda, lo que "confirma, un año más, el fortalecimiento del compromiso de los voluntarios y donantes que sostienen sus acciones de lucha contra la precariedad social en esas periferias de la sociedad a las que se refiere el papa Francisco".
La memoria de Cáritas ha sido presentada en la sede del Obispado de Cádiz y Ceuta por el delegado episcopal Alfonso Gutiérrez y la directora diocesana de Cáritas María del Mar Manuz.
Asimismo, la memoria señala que gracias a los proyectos de lucha contra la pobreza, a lo largo de 2015 fue posible mejorar dentro de la Diócesis, la dignidad y el acceso a los derechos humanos de 10.839 personas en situación de gran vulnerabilidad.
En este sentido, añade que este trabajo de Cáritas por la defensa de la dignidad y los derechos de los más empobrecidos ha sido posible gracias a la labor de 1.096 voluntarios (un 0,15 por ciento más que en 2014), con el apoyo de unos 30 trabajadores remunerados.
Además, la memoria indica que de los 2.679.560 de euros invertidos en 2015, 2.093.924 euros (el 79 por ciento del total) proceden de aportaciones privadas como colectas, socios y donantes, empresas, y entidades bancarias, mientras que 586.636 euros (el 21 por ciento) de fondos públicos como ayuntamientos, Diputación, Administración del Estado y Unión Europea.
Por otra parte, el informe de actividad señala que los grandes apartados sociales a los que Cáritas Diocesana destina mayor volumen de recursos son los programas de Acogida y Atención Primaria (1.134.732 euros), Integración Sociolaboral (756.374,50 euros), Personas sin Hogar (371.966,50 euros), acompañamiento a mayores (38.294 euros) y en materia de Cooperación Internacional (48.772 euros).
Con respecto a la red de acogida y atención primaria, principalmente, el perfil de las personas que Cáritas ayuda desde los servicios de acogida y atención primaria son parejas con hijos, personas solas y familias monoparentales (mujeres de 35-55 años) en situación de desempleo o trabajo precario, percibiendo pensiones contributivas o sin ingresos.
Además, según el informe, estas personas, mayoritariamente, tienen estudios primarios o inferiores, aunque desde 2014 se han detectado casos de personas con estudios de grado superior.
Finalmente, Cáritas señala en la memoria que hay personas que, aún teniendo ingresos, éstos no son suficientes para cubrir las necesidades básicas de la unidad familiar y necesitan, por tanto, acudir a solicitar ayuda. Son los llamados "trabajadores pobres".
