Manuel Prieto, el último inquilino de la Casa del Aire, un inmueble situado el barrio granadino del Albaicín que es considerado un "símbolo" de la lucha contra la especulación inmobiliaria, ha fallecido tras años de reivindicaciones por permanecer en la vivienda en la que había habitado durante más de 30 años, según ha informado el grupo de 'Solidarios con la Casa del Aire'.
El inmueble ha sido escenario de multitud de protestas para evitar el desahucio de sus inquilinos, pero después de que se tuviera que marchar su penúltima vecina sólo quedaba en él Prieto. En 2011, con motivo de una movilización vecinal para evitar su desalojo, Prieto explicó que pagaba 88 euros de renta tras más de 30 años de alquiler, pese a los intentos de la inmobiliaria propietaria, Edivara-Varasol, de que se marchase.
Según indicó a los periodistas, la inmobiliaria se negaba a mantener la casa para que fuera declarada en ruinas y él tuviera que abandonar la que había sido su vivienda desde 1980. De hecho, esa sería la única manera de que se fuera, puesto que posee un contrato indefinido que no puede ser rescindido, según incidió entonces.
En el inmueble había entonces doce viviendas, todas tapiadas con cemento, excepto la de Prieto, después del pasado 19 de enero de 2010, fecha en la que fueron desalojados por orden judicial seis 'okupas' que vivían en el bloque.
La Casa del Aire, ubicada entre la cuesta de Beteta y la calle Zenete, se mantiene desde hace años como ejemplo de la lucha contra la especulación urbanística en el Albaicín, y ha concentrado en varias ocasiones, fundamentalmente desde 2010, a numerosas personas contra los desahucios de sus últimos inquilinos.
Según el colectivo Solidarios con la Casa del Aire, los vecinos de este edificio han sufrido durante años el "hostigamiento" de los propietarios, Edivara S.L. e Inmobiliaria Sol, que han buscado "constantemente" la declaración de ruina del inmueble, desatendiendo el mantenimiento, han dejado de pagar los suministros de agua o luz, o han ejercido distintas medidas de presión psicológica, impidiendo las visitas, por ejemplo.
Por ello, los vecinos del barrio han sido los que se han preocupado de mantener el edificio, y en denunciar los intereses "especulativos" de la inmobiliaria. De hecho, en 2012 el Grupo de Juristas 17 de Marzo y Stop Desahucios del Movimiento 15M de Granada presentaron por este asunto la primera querella de Andalucía por acoso o 'mobbing' inmobiliario, que finalmente fue archivada.
'Solidarios con la Casa del Aire' ha considerado en un comunicado que Prieto es la "última víctima de aquello contra lo que ha estado luchando la última década junto a sus vecinas, amigos y compañeras; la especulación y el acoso inmobiliario por parte de la empresa propietaria, la dejadez de la administración pública, derivada de la connivencia con el sector empresarial y los procedimientos burocratizados hasta la extenuación, que permiten que estas injusticias sociales sucedan".
Para Manuel Prieto, según ha señalado este grupo, la Casa del Aire era "su epicentro, su refugio, no sólo físico sino también emocional y vivencial". "Es por ello que Manuel, junto a sus vecinos y compañeras decidió hacer todo lo posible para que siguiera viva, en pie, a pesar del empeño de la propiedad en echarles y en derribar el edificio. Y a esto se ha dedicado los últimos doce años de su existencia. Solía decir "a mí me sacarán con los pies por delante" al referirse a la Casa del Aire. Y finalmente, lo han conseguido", han mantenido.