La Ola del Melillero es el nombre del primer vino blanco seco "tranquilo" que lanza al mercado la bodega malagueña Victoria Ordóñez y para cuya elaboración se ha utilizado la uva Pedro Ximénez de los Montes de Málaga, una variedad autóctona en desuso desde hace casi dos siglos.
"Sugerente, sorprendente e innovador". Así lo han definido desde la bodega, al tiempo que han explicado que para la recuperación de esta uva, la propietaria de ésta, Victoria Ordóñez, llevó a cabo una "larga tarea de investigación y localización kilómetro a kilómetro ya que, como apunta la bodeguera, la Pedro Ximénez de los Montes de Málaga "es casi inexistente".
Así, según ha explicado, "estos viñedos son antiguos y casi residuales. Además, en la misma viña estaban mezcladas diferentes variedades, por lo que hemos tenido que realizar una cuidadosa selección". También ha resaltado que "el vino que dio fama internacional a Málaga fue el Pedro Ximénez de los Montes, que era seco en su mayoría".
La Ola del Melillero es un vino completamente diferente a lo que el consumidor puede encontrar actualmente en el mercado, según han precisado desde la bodega en un comunicado, destacando que reúne "elegancia y frescor, gracias a la presencia mayoritaria de la variedad Pedro Ximénez (70 por ciento), ensamblada con la uva Moscatel de la comarca de la Axarquía (30 por ciento), otorgándole al vino golosidad y franqueza".
De color amarillo pajizo brillante, La Ola del Melillero posee una nariz delicada de flores blancas, presentando en boca una acidez muy integrada con la fruta, frescura, equilibrio, y a la vez, complejidad, redondez y untuosidad procedente de la fermentación y crianza en barrica de roble francés y el contacto con las lías finas durante ocho meses, han manifestado.
"Es un vino seco con unas notas muy delicadas donde está presente la fruta, la acidez y la barrica. Está todo muy bien integrado pero no se parece a nada que se haya catado antes por la presencia de la Pedro Ximénez vinificada", ha detallado Victoria Ordóñez.
LA MARCA
Respecto al nombre elegido para bautizarlo, La Ola del Melillero es un término que hace referencia a la subida repentina y efímera del nivel del mar en las playas de la capital malagueña a causa de la llegada al puerto del buque de alta velocidad que realiza la ruta marítima Málaga-Melilla.
Este fenómeno suele coger desprevenidos a los bañistas foráneos. "La Ola del Melillero transmite frescura porque hace referencia al mar y a un hecho sorprendente y refrescante; es un nombre muy sugerente", ha añadido Victoria Ordóñez.
Para el lanzamiento también se ha cuidado al detalle tanto el diseño de la botella como el de la etiqueta, que rinde un cariñoso homenaje a los balnearios malagueños del siglo XIX, época también de esplendor de los vinos de Málaga.
La Bodega Victoria Ordóñez comenzó su andadura con la vendimia del pasado año, una cosecha experimental que le ha permitido producir unas 10.000 botellas de La Ola del Melillero que prácticamente se quedarán en Andalucía.
Los próximos retos de la empresa, según han explicado, son aumentar el volumen de producción en un 25 por ciento, incorporar nuevos productos y ampliar las áreas de comercialización a otras zonas de España y al mercado internacional.
La filosofía de la bodega Victoria Ordóñez es elaborar "vinos de calidad a partir de variedades malagueñas innovando tanto en estilos de vinificación como en la recuperación de una zona vitivinícola histórica y actualmente casi extinguida".