El presidente de Brasil, Michel Temer, firmó hoy un decreto mediante el cual acorta, a partir del próximo año, el "horario de verano", que en los últimos meses fue objeto de debate sobre su verdadera efectividad en el ahorro de energía.
En 2018, los relojes de una gran parte de Brasil serán adelantados una hora "a partir de las cero horas del primer domingo del mes de noviembre de cada año", reza el decreto que será publicado en el Diario Oficial el próximo lunes.
De esta forma, el mandatario redujo en unos quince días el "horario de verano", pues anteriormente comenzaba en el tercer domingo del mes de octubre de cada año.
No obstante, la fecha de su finalización se mantiene inalterada en el tercer domingo del mes de febrero.
Esta medida, que se aplica desde la década de 1980 y reduce de tres a dos horas la diferencia de la mayor parte del país con el huso horario del meridiano de Greenwich (GMT), estuvo en entredicho este año ya que su impacto en el consumo de energía ha sido cada vez menor.
Según cifras oficiales, el ahorro con el "horario de verano" en 2013 fue de 128 millones de dólares y fue disminuyendo con el paso de los años hasta que en 2016 fue de apenas 46 millones.
El Ejecutivo realizó este año estudios técnicos para evaluar la efectividad real del adelanto de los relojes y, pese a que estos mostraron que la medida ya no proporciona un ahorro energético significativo, decidió mantenerlo.
"Los resultados de los estudios convergieron para constatar que la adopción de esta política pública actualmente trae resultados próximos a la neutralidad para el consumidor brasileño de energía eléctrica, tanto en relación a la economía de energía, como para la reducción de la demanda máxima del sistema", informó entonces el Ministerio de Minas y Energía.
No obstante, sectores como el turístico defienden que el cambio propicia un período mayor de luz solar durante el día, lo que tiene un impacto positivo en la economía de zonas playeras, como Río de Janeiro, la ciudad más emblemática del país.
El horario de verano austral, que afecta a los habitantes de la regiones sur, sudeste y centro-oeste del país, comenzó este año en Brasil el día 15 de octubre y se prolongará hasta el próximo 18 de febrero.