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Jueves 14/11/2024
 
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Huelva

Cuatro mujeres, cuatro luchas

Carolina Marín, María Antonia Peña, María Villadeamigo y Manuela Gómez relatan su lucha por una sociedad más igualitaria

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  • Apuesta por un cambio de mentalidad en los pequeños detalles cotidianos para acabar con la desigualdad de género
  • Desafíos: romper con el techo de cristal y acabar con la violencia machista

Carolina Marín, María Antonia Peña, María Villadeamigo y Manuela Gómez no necesitan presentación porque son ejemplos, cada una en su ámbito, de esa lucha por la igualdad de derechos y oportunidades. Ellas, todas nacidas en Huelva, han desafiado su destino, la invisibilidad, los golpes, la discriminación, y están luchando por un mundo mejor. Todas se sientan con Viva Huelva para relatar su lucha por una sociedad mejor y más justa.

Hay que trabajar en la verdadera ejecución de los planes de igualdad en este país

Este jueves, 8M y posible punto de inflexión para la apuesta por la igualdad real de género, secundan la huelga feminista. La labor de todas ellas no sólo destaca por la deportividad o por sus facetas educacionales, políticas o empresariales, sino porque su papel relevante en la sociedad onubense las convierte en catalizadoras de la igualdad. Casi nada.

Carolina Marín: mediática

Un día empezó a creer en sí misma. Dejó las clases de baile de sevillanas para coger un volante y terminar siendo una referencia del deporte nacional. Medalla de oro en las Olimpiadas de Río de Janeiro, dos veces campeona del mundo de bádminton y tres de Europa. Éxitos conseguidos desde la humildad y el sudor. Carolina Marín, con muchísimo esfuerzo, acapara minutos en televisión y páginas en periódicos junto a los goles de Cristiano o Messi y es un icono en la India, meca del bádminton.

Desde su posición cree tener el privilegio de “dar voz a quienes no la tienen”. Gracias a ella y otras deportistas españolas a lo largo de la historia, “en el deporte, aunque queda muchísimo camino por recorrer, pero hemos alcanzado una situación mejor que en otros sectores de la sociedad” y la sociedad “se ha dado cuenta de que mujeres y hombres podemos practicar el mismo deporte y alcanzar el éxito”.

Eso sí, Carolina considera que más allá del reconocimiento de la valía de una mujer, “tiene que existir un cambio de mentalidad y que afecte a todos los ámbitos: familiar, laboral...”

Una de las pocas rectoras de España

Por otro lado, hasta este miércoles sólo había cuatro rectoras en toda España. Ayer se incorporó la última en la universidad de Valencia. María Antonia Peña, rectora de la Onubense, es una de esas pocas, por lo que la UHU puede presumir de “haber avanzado” y de que “nosotras podemos llegar” a esos altos cargos tan masculinizados en la educación.

Peña es madre de tres hijos y fue presa de las dificultades “que se multiplican” cuando una mujer se queda embarazada. “Es la parte investigadora lo que una termina sacrificando, porque en clase tienes que estar” en los meses de embarazo y posterior crianza.  

Otra piedra en el camino que se encuentra una mujer en la promoción académica es el problema del techo de cristal. “Las mujeres están en una posición de mayor desventaja y vulnerabilidad”, si bien se agrava más en las universidades “más jóvenes, más pequeñas, con menos recursos y con menos personal”, considera la rectora de la UHU en palabras a Viva Huelva.

En definitiva, a la mujer, más allá del terreno universitario, “le cuesta conseguir igualdad en el trato y méritos, y por ello hay que darle mayor visibilidad e introducir medidas correctoras”, y unas soluciones son “trabajar en la verdadera ejecución de los planes de igualdad y mostrar tolerancia cero a los casos de acoso o violencia”.

En un entorno masculinizado

Por su parte, María Villadeamigo, más conocido por todos como Mariuca, cercana y directa. Desde la casa consistorial lucha por la administración de los recursos de los onubenses y, sí, es mujer. Funcionaria de carrera de la Diputación, licenciada, técnica superior, es teniente de alcalde y ahora gestiona “una gran empresa como es el Ayuntamiento de Huelva”.

Ella demuestra que es capaz de sacar adelante unos presupuestos municipales, como también hicieran sus cuatro antecesores hombres en la Concejalía de Economía. Las relaciones laborales y sociales, en el mundo de las cuentas, “suelen ser con colectivos de hombres” y ella puede decir que “me respetan”.

Aunque eso sí, “he vivido situaciones con empresas y entidades que la primera impresión les ha impresionado porque era mujer. También voy a foros y me llama la atención que sea la única mujer. Con el paso del tiempo veo más mujeres en este entorno pero hay mucho que trabajar”.

Además, por su faceta política, también ve que el número de mujeres en altos puestos de la administración “va in crescendo”.

Empresaria y luchadora

Por último, Manuela Gómez, de 70 años, dejó de ser víctima ante la sociedad para tomar las riendas de su vida. Lleva la gestión de su negocio familiar, Biomaris, una empresa dedicada a la sal en Isla Cristina.

“Desde que comencé en esta andadura han sido muchos los obstáculos que he tenido que salvar, desde comentarios como ‘¿cómo va a llevar una mujer una salina?’, hasta tener que tirar la sal en los primeros años por no tener compradores porque era mujer”.

Ella sobrevive ahora con su venta de escamas de sal y del aceite de magnesio en un mundo empresarial “machista”, por “la brecha salarial y discriminación en la contratación”.

Son cuatro mujeres onubenses, cuatro luchas, cuatro ejemplos de igualdad.

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