El Ejército de Israel ha confirmado este domingo que sus fuerzas han interceptado el barco principal de la llamada 'Flotilla de la Libertad', un contingente humanitario con ayuda para la Franja de Gaza, y formado por tres embarcaciones con al menos 36 activistas a bordo, entre ellos tres españoles, cerca de la costa del enclave palestino.
Horas después, la ONG Comité Internacional para Romper el Bloqueo, ha confirmado que solo uno de los tres barcos ha sido abordado, el buque insignia de la flotilla, el pesquero 'Al Awda', en el cual viajaban las activistas españolas Lucía Mazarrasa y Emilia Nacher, así como la activista israelí residente en España, Zohar Chamberlain.
Las fuerzas israelíes detuvieron el barco a unas 49 millas náuticas de la costa de Gaza. Los otros dos barcos de la flotilla, el 'Freedom' ('Libertad'), a bordo del cual viaja el español Francisco Canales, y 'Falestin' ('Palestina'), se encuentran a varias horas de distancia, pero se espera que corran la misma suerte.
La situación, según los militares israelíes, se ha resuelto sin incidentes. Existen no obstante conflicto en cuanto al puerto israelí de destino del pesquero. Según el Ejército, el barco atracará en el puerto de Ashdod, mientras que la ONG palestina ha indicado que sus tripulantes se dirigen a Ashkelon, a unos 20 kilómetros al norte.
INTERCEPCIÓN
"Las Fuerzas Navales de Israel interceptaron un barco procedente de Europa, que intentaba violar el legítimo bloqueo marítimo contra la Franja de Gaza", ha indicado el Ejército israelí en un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti.
La ONG Rumbo a Gaza, participante de la flotilla, había declarado por contra que cualquier intercepción sobre el grupo de barcos sería ilegal al ocurrir en aguas internacionales.
La flotilla se dirigía a Gaza con unos 10.000 euros en ayuda humanitaria para la población de la Franja y un mensaje a las autoridades israelíes para que pongan fin al bloqueo por tierra y por mar que pesa sobre la región, bajo el control del movimiento islamista Hamás, enemigo declarado de Israel.
Según explica la portavoz de Rumbo a Gaza, Sandra Barrilaro, a Europa Press, es una misión con un importante componente político y simbólico, a sabiendas de que probablemente la ayuda que transportan acabará en manos de las fuerzas israelíes que asaltarán la flotilla antes de la llegada a la línea de control, y nunca llegarán a los palestinos.
"En realidad, llevamos un cargamento de esperanza", ha explicado Barrilaro. "Es una misión con una clara incidencia política, porque los barcos y las pertenencias siempre han sido requisados", ha indicado. La misión, que sigue una tradición prácticamente anual para la ONG, tiene especial relevancia al ocurrir tras los violentísimos episodios vividos en la Franja de Gaza durante el 70º aniversario de la expulsión de los palestinos en la creación del Estado de Israel.
Durante estas protestas, activistas palestinos acusaron al Ejército israelí de abrir fuego indiscriminado contra la población civil que protestó en la valla de separación entre Gaza e Israel. Las fuerzas israelíes acusaron a Hamás de lanzar a los gazacíes contra la verja, como escudos humanos, y de arrojar artefactos incendiarios al otro lado de la línea divisoria.
Los incidentes, de los cuales todavía hay secuelas, se saldaron con cerca de 150 palestinos muertos y unos 15.000 heridos, según fuentes del Ministerio de Salud de Gaza, y un israelí muerto y once heridos (seis policías, cinco civiles), según el Estado hebreo.