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La batalla del Swimming contra el Cáncer

Los nadadores Jacob Saborido, Rafael Alcázar, Ángel Saborido y Manu García completaron el trayecto desde Matalascañas hasta Sanlúcar

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  • Los cuatro nadadores tras lograr la meta -
  • Hicieron frente a 32 kilómetros de oleaje en contra
  • El recibimiento junto al Polideportivo fue espectacular
  • Jacob Saborido: "Sacamos fuerzas de donde no las había gracias a la causa

El Swimming contra el Cáncer, que enlazó 32 kilómetros desde Matalascañas hasta Sanlúcar, despertó una gran expectación. Cuatro nadadores en apoyo a la AECC lograron la gesta pero no lo tuvieron fácil por el oleaje en contra. Jacob Saborido, que es natural de Sanlúcar, Rafael Alcázar, Ángel Saborido y Manu García sacaron fuerzas de flaqueza por la causa que se trataba. Llegaron con retraso y extenuados pero ver a tanto público esperando que llegaran junto al Complejo Polideportivo Municipal de Sanlúcar fue la mejor medicina. 

Una gesta que bien mereció la pena, el aplauso y el reconocimiento de todos. Jacob Saborido llegó muy agotado a su tierra natal. Manifestó tras alcanzar la orilla que “ha sido un prueba muy dura, durísima, sobre todo desde el kilómetro 12 hasta la Punta del Malandar. Tuvimos el oleaje y el viento en contra.

Fue mortal”. Adelantó que “tuvimos que poner un ritmo más bajo porque no se podía ya que sufrimos bastante. Teníamos previsto parar cada cuatro kilómetros pero lo hicimos cada tres. Fue una decisión importante y más tras 12 horas nadando. Acabamos muy cansados y más tras 32 kilómetros de travesía”.

Reconoce que el tramo más crítico fue el comprendido entre el kilómetro 12 al 18 porque “el temporal fue a más. Llevábamos un año de entrenamiento y había que terminar como fuera. Lo importante era llegar. Sacamos fuerzas de donde no las había gracias a la causa”.

Añade que “la compenetración debía ser perfecta y los cuatro debíamos ir en grupo, arropados por el barco. Uno iba tirando mientras el otro iba descansando. Así logramos el reto”.

También se queda con “le recibimiento que tuvimos en Sanlúcar, que fue espectacular. Nos acercábamos a la orilla y ya escuchábamos los gritos de la gente. Eso nos dio fuerza. Fue diferente a la salida en Matalascañas porque tal como llegamos salimos pitando para que no nos cogiera la noche. Todo salió perfecto. Al llegar a Sanlúcar tuvimos que beber bastante debido al agua salada. Teníamos la cara como una alpagatas viejas, te entran los temblores por el frío”. o obvia que para conseguir esto hay que “estar muchas horas entrenando y nadando, tener constancia tanto en la piscina como en la playa. Es mucho tiempo el que se quita a la familia”.

Ya lanza el siguiente: “las metas en el cáncer se consiguen a base de lucha. Estoy dispuesto a repetir esta experiencia”.

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