El Campo de Gibraltar vive quizá estos meses sus horas más inciertas, pues todos somos conscientes de que a los problemas más habituales de nuestra comarca, se les une la recta final del Brexit y la futura relación que establezcamos con Gibraltar.
La mayoría de nuestras necesidades no son nuevas y, de hecho, todas deben resolverse haya o no Brexit; pero a buen seguro esta salida de la Unión Europea de nuestros vecinos podría dinamitar el futuro del Campo de Gibraltar si las distintas Administraciones no le dan respuesta ya de forma coordinada y conjunta a las demandas históricas de nuestra zona.
Por eso, toda articulación de los posibles y complejos acuerdos debe contar con el Campo de Gibraltar, de forma que este pueda no solo no verse perjudicado por el Brexit, sino incluso aprovecharlo como una oportunidad para situarse como una región de progreso económico, bienestar social y empleo.
No tiene sentido que el Gobierno de Gibraltar acuda a las reuniones de negociación bilateral entre dos países soberanos como son Reino Unido y España y el Campo de Gibraltar quede relegado, si acaso, a ser informado posteriormente de lo que allí ocurre. Nuestra comarca debe tener voces autorizadas en esas mesas que puedan poner el foco en lo que realmente importa: las personas a las que va a afectar el Brexit y, muy especialmente, a los trabajadores transfronterizos.
El Gobierno de España debe tomar nota en dos sentidos: dar voz real al Campo de Gibraltar en las mesas de negociación, tal y como Reino Unido hace con la colonia, y trabajar por el Campo de Gibraltar con un plan integral que debe tener contenido, cronograma y financiación.