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David Lynch ya tiene su más que merecido Óscar de Hollywood

Lynch está considerado como uno de los grandes directores del cine contemporáneo, pero paradójicamente nunca se llevó el Óscar pese a sus cuatro nominaciones

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  • David Lynch. -

David Lynch, un cineasta de gran imaginación que cruzó los límites de la realidad, y Geena Davis, una actriz ampliamente reconocida pero también una incansable feminista en busca de la igualdad, fueron dos de los artistas reconocidos hoy de manera honorífica por la Academia de Hollywood.

Lynch recibió el Óscar honorífico junto a Lina Wertmüller, otra gran feminista y que fue la primera directora en ser nominada al Óscar, y el actor Wes Studi, quien hoy se convirtió en el primer nativo americano en la historia en llevarse una estatuilla de la Academia.

Por su parte, Davis se hizo con el premio Jean Hersholt, un galardón también honorífico que reconoce los esfuerzos humanitarios de gran personalidades del cine.

La Academia celebró hoy en el Dolby Theatre de Los Ángeles (EE.UU.) la undécima edición de los Premios de los Gobernadores, una ceremonia más pequeña, íntima y reservada que los Óscar (no se retransmite en directo por televisión) y en la que la comunidad cinematográfica se vuelca para rendir homenaje a sus leyendas.

Esta gala sirve, asimismo, como comienzo informal de la temporada de premios en Hollywood, por lo que hoy se dejaron ver, en una cena a rebosar de estrellas, figuras que suenan fuerte en las quinielas como Quentin Tarantino, Leonardo DiCaprio, Jennifer López, Renée Zellweger, Greta Gerwig, Eddie Murphy, Charlize Theron, Jordan Peele, Scarlett Johansson o Robert Pattinson, entre muchos otros.

Y también ahí se coló el sabor español con "Dolor y gloria", que es una gran aspirante en la categoría de mejor película internacional y que contó hoy con Pedro Almodóvar y Antonio Banderas como embajadores.

"Esta es una zona sin ansiedad, algo raro en esta ciudad y muy bienvenido y necesario", ironizó el presidente de la Academia, David Rubin, al comienzo de un acto.

Sin candidatos, perdedores, nervios o desengaños, el evento se concentró en reconocer a los homenajeados, quienes recibieron, asimismo, el tributo sobre el escenario de artistas que les acompañaron muy de cerca a lo largo de su trayectoria.

Lynch está considerado como uno de los grandes directores del cine contemporáneo, pero paradójicamente nunca se llevó el Óscar pese a sus cuatro nominaciones, algo que pudo remediar hoy.

El director de "Blue Velvet" (1986) o "Mulholland Drive" (2001) volvió a tirar de originalidad y cierto surrealismo y su presencia en el escenario fue casi vista y no vista.

"Gracias a todas las personas que me ayudaron durante el camino", señaló en una de las escasas frases de su brevísimo discurso.

"Sus películas están llenas de emociones, pero las emociones, como todos sabemos, no siempre son racionales, lineales o claras", explicó Isabella Rossellini.

Y Laura Dern definió al realizador como "un hombre moderno del Renacimiento" y se preguntó "quién no recuerda la primera vez que vio una película de David Lynch".

Por su parte, Geena Davis, homenajeada por su trabajo en el Geena Davis Institute on Gender in Media para lograr la paridad en cine y televisión, dijo que en su carrera ha sentido tanta pasión por la actuación como por "empoderar a las mujeres".

La coprotagonista de "Thelma & Louise" (1991) aseguró que esta cinta le cambió la vida y le hizo reflexionar sobre cómo es representada la feminidad en la pantalla.

"El mensaje que estamos enviando es que los hombres son muchos más valiosos para nosotros (Hollywood) que las mujeres (...). Sin importar lo pésima que sea en la vida real, (la representación de mujeres) es aún peor en la ficción (audiovisual)", explicó.

Con un gran poderío feminista se presentó también a sus 91 años la cineasta italiana Lina Wertmüller, que fue la primera de las únicas cinco mujeres que fueron nominadas a la estatuilla a mejor dirección (solo ganó Kathryn Bigelow por "The Hurt Locker", 2008).

"Quiero dar las gracias por este Óscar, pero también me gustaría que se cambiara el nombre a uno femenino", aseguró la directora de cintas como "Pasqualino Settebellezze" (1975), quien propuso a la Academia, como alternativa, que llame a sus premios "Anna".

Muy bromista en todo momento, la cineasta criticó en varias ocasiones que Rossellini, su traductora en el discurso, llevara un vestido morado, color que trae mala suerte en Italia.

"Cuando la conoces (a Wertmüller), entiendes de inmediato que estás en la presencia de un talento increíble, pero lo más importante es que estás ante una mujer y una artista inolvidable", dijo Sophia Loren, una de las estrellas más aplaudidas hoy.

Y Wes Studi, el inolvidable actor de ascendencia cherokee que deslumbró en películas como "Dances with Wolves" (1990) o "The Last of the Mohicans" (1992), dio un sentido discurso que comenzó con una gran reivindicación por ser el primer nativo americano en lograr un Óscar.

"Ya era hora...", sentenció.

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