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Miércoles 27/11/2024
 

Málaga

“Si sirve para que se dé bombo a lo que pasa iría a la cárcel!

Miguel Roldán, el bombero juzgado en Italia por salvar vidas, recibe el reconocimiento como socio de honor de Málaga Acoge

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  • Asegura que las oenegés solo son un parche, aunque necesarias, y deben implicarse los gobiernos

Miguel Roldán estuvo 22 días en uno de sus periodos de trabajo voluntario echando una mano para salvar vidas (o para recoger los cadáveres cuando se llegaba tarde) de las personas desesperadas que cruzan el estrecho en frágiles embarcaciones huyendo de situaciones terribles y en busca simplemente de una vida digna. Su gesto altruista le ha valido muchos reconocimientos, entre ellos, el de ser nombrado socio de honor de Málaga Acoge, pero también un enjuiciamiento que sigue pendiente en Italia por el que se le reclaman hasta 20 años de cárcel.

Roldán, que nació en Cuevas Bajas (Málaga) y ejerce su profesión de bombero en Sevilla, declaraba ayer tras recibir la mención de la asociación que trabaja con los migrantes, que no se ve en la cárcel, pero que, “aunque suene muy fuerte si sirviese para que le diesen más bombo al problema en el mediterráneo iría sin problema”. Mientras tanto, el proceso abierto en Italia en el que le pueden caer 20 años de prisión “por colaboración en tráfico de personas”, que traduce como “salvar las vidas en el Mediterráneo y que las personas puedan llegar a Europa” sigue su curso, aunque con dilaciones, una tardanza que él achaca a intereses gubernamentales:

“Quieren que el proceso se dilate en el tiempo lo más posible porque mientras más tiempo se dilate, hay más incertidumbre y las personas que quieren ir cooperando se lo piensan, porque si vas a ayudar y puede acarrearte prisión… ya no son solo 20 años sino que el simple hecho de estar aquí, expuestos ya es algo que a nadie le gusta”. Mientras, reconoce que debe haber implicación gubernamental, porque la tarea de las oenegés “es un parche”, necesario si se atiende al relato de lo que vivió:

“Personas que cruzaban desde Trípoli hasta donde pudiesen, un recorrido súper largo, de más de 500 kilómetros, que en unas embarcaciones de precariedad absoluta era imposible recorrer, una embarcación en la que podrían caber unas 40 personas de forma aceptable donde se metían más de 250, con un motor que estaba preparado para 300 kilos  y se metían alrededor de 10.000;  cosas súper imposibles de llevar a cabo, sin ningún elemento de flotabilidad, ningún elemento de navegación situaciones abocadas al fracaso si no hubiera allí  alguien que lo pudiera remediar”.

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