El aeropuerto de Málaga-Costa del Sol ha acogido este martes un simulacro de emergencias de accidente aéreo en el que ha participado un dispositivo compuesto por cerca de 200 operativos de las tres administraciones --Junta de Andalucía, Subdelegación del Gobierno, Diputación Provincial y tres corporaciones locales-- y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena).
En dicho operativo se ha requerido la activación del Plan Territorial de Emergencias de Andalucía (PTEAnd) en situación 1 en su fase provincial, según han informado desde el servicio Emergencias 112 Andalucía, adscrito a la Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior.
Desde Aena han señalado que este simulacro está dentro de su Plan Integral de Autoprotección (PIA), que contempla un conjunto de normas y procedimientos coordinados para actuar de forma adecuada ante una situación de este tipo y reducir al mínimo sus consecuencias. Esta práctica se realiza cada dos años conforme a la normativa que regula este procedimiento.
El ejercicio ha ensayado el siniestro de una aeronave, con capacidad para 189 pasajeros y ocho tripulantes, en el momento del despegue por la cabecera 30 sobre las 09.30 horas. Los servicios de emergencia han simulado un siniestro de una aeronave tras sufrir problemas en una rueda en la carrera de despegue que ha provocado una salida de pista y su posterior precipitación al margen del río Guadalhorce.
La finalidad del ejercicio ha sido comprobar y evaluar los procedimientos de actuación en caso de emergencia, así como analizar la eficacia de los mismos, los tiempos de respuesta y el grado de conocimiento e integración de todos los colectivos implicados para atender este tipo de emergencias, han indicado desde Aena.
OPERATIVOS DE TRES ADMINISTRACIONES
En total, cerca de 200 especialistas de los distintos grupos intervinientes, una treintena de voluntarios, han trabajado en un simulacro en el que han intervenido efectivos de Emergencias Andalucía (112, Grupo de Emergencias de Andalucía y Protección Civil), responsables de la Subdelegación del Gobierno central con Protección Civil y La Red Nacional de Radio de Emergencia (Remer), Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y Unidad Adscrita a la comunidad autónoma.
Asimismo, han participado los servicios de los ayuntamientos de Málaga (Real Cuerpo de Bomberos, Policía Local, Protección Civil y el Grupo de Ayuda-Psicosocial), Torremolinos (Protección Civil y Bomberos) y Alhaurín de la Torre (Protección Civil y Policía Local), junto con personal de Diputación provincial (Consorcio de Bomberos y Grupo Subacuático) y los servicios propios del aeropuerto, personal de una compañía aérea, Aena, Enaire y seguridad privada.
Los operativos han trabajado desde el control inicial del incendio de la nave, pues se fracturó en varios partes tras la caída, el rescate de las víctimas atrapadas en el interior del fuselaje, la clasificación e identificación de los heridos y primeros auxilios en una sala multiusos habilitada para la ocasión, hasta el traslado de los ocupantes ilesos y heridos leves al terminal.
Se han incluido los trabajos forenses y de la policía judicial y científica en la zona del accidente con el levantamiento de cadáveres de las víctimas, junto con la localización y custodia de las cajas negras de la aeronave, además del estudio minucioso del flujo de vehículos de emergencia en la zona del siniestro.
Asimismo, en el aeropuerto se ha constituido un centro de atención a víctimas y familiares, al tiempo que se ha ensayado las actuaciones de una persona de contacto con estas, denominada PECO, tal y como se recoge en la normativa de accidentes aéreos.
La figura del PECO (Persona de Contacto para atención a familiares y víctimas) informa a los familiares de las víctimas, que cuentan además con apoyo de psicológos de emergencia y una sala específica para aguardar noticias.
Al terminar el ejercicio, se ha realizado una fase de evaluación y valoración para conocer el grado de correlación entre lo planificado, programado y realizado, además de comparar entre las actuaciones ejecutadas y previstas y la obtención de información para realizar los ajustes que sean necesarios en procedimientos, dotaciones y formación a fin de estar correctamente preparados para la gestión de la emergencia.
