El Gobierno del Reino Unido ha informado este viernes de 384 nuevas muertes por COVID-19, hasta un total de 33.998 víctimas mortales desde que comenzó la pandemia, y de la detección de 3.560 nuevos contagios.
Dos días después de que comenzara a retomarse la actividad en diversos sectores económicos en Inglaterra, el servicio público de salud británico ha llevado a cabo 133.784 test en un periodo de 24 horas.
El ejecutivo alcanzó a finales de abril el objetivo de realizar 100.000 test al día, aunque durante la primera semana de mayo se mantuvo por debajo de esa cota, que luego volvió a superar.
El primer ministro, el conservador Boris Johnson, ha asegurado que el Reino Unido tendrá capacidad para procesar 200.000 pruebas diagnósticas al día a finales de mayo.
El peligro de nuevos focos de contagio en el transporte público continúa siendo una de las principales preocupaciones en los primeros pasos de la desescalada del confinamiento, especialmente en Londres.
El Gobierno se ha comprometido a inyectar 1.600 millones de libras (1.800 millones de euros) en Transport for London (TFL), la empresa que gestiona el transporte público en la capital británica, para asegurar que continúa operando a pleno rendimiento pese a la caída de sus ingresos.
Como contrapartida, el Ejecutivo ha pactado con el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, que aumentará un 30 % la tasa que pagan los vehículos privados por acceder al centro de la ciudad.
A partir del lunes, volverá a cobrarse ese peaje, de 11,50 libras (13 euros), que había quedado suspendido durante el confinamiento, y su cuantía ascenderá a 15 libras (16,8 euros) a partir del 22 de junio, cuando también se extenderá su vigencia a los fines de semana.
Khan ha anunciado al mismo tempo que planea cerrar una amplia zona del centro de la ciudad a los coches y las furgonetas para facilitar la movilidad en bicicleta y descongestionar el transporte público.
El Gobierno ha insistido en que los trabajadores deben evitar el metro y los autobuses en la medida de los posible para que no se produzcan aglomeraciones mientras continúe el peligro de rebrotes de infecciones por coronavirus.