Un calvario, una odisea, al borde de un ataque de nervios durante todo un año, planes planeados que hay que retocar, o suspender... Todo en una época que va a pasar a la Historia para desgracia de todos, pero también pasará a la Historia lo que hicieron muchos desde muchos lugares del mundo para sobreponerse a la adversidad.
Luego la otra historia, la que se escribe con minúscula aunque no pierde un ápice de valor y grandeza, contará cómo en un año distinto todo fue distinto, hubo que reinventarse, hubo que ilusionarse y hasta la magia cambió de forma para que no faltara de nada un 5 de enero, que como ya saben, es la antesala de una noche mágica.
En una entrevista con el presidente de la Asociación de Reyes Magos de San Fernando, Juan Fernández Loaiza, se decía que uno de los mejores inventos de la última década del siglo pasado en San Fernando fue la creación de la Asociación de Reyes Magos.
Eso en su parte formal, la de entidad. Luego, a otro nivel -pero a otro nivel sólo para no comparar la otra gran idea- inventar la Campaña Ningún niño sin juguete, sin ningún género de dudas la que más engancha hasta a los agarraos crónicos, la que no deja indiferente a nadie y la que ha funcionado como todo en este año pasado y en el actual, a prueba de imaginación.
Se perdió la Feria del Jamón que proporciona una sustanciosa entrada de dinero en la campaña -ya se está pensando en la próxima- y quizá ha faltado la puesta en escena, esa Caravana Solidaria que cada año deja la puerta del Centro de Congresos llena de regalos.
Pero lo que no se perdió -dice Juan Fernández Loaiza- fue la ilusión y el trabajo de los colectivos. Las hermandades de la ciudad, los partidos políticos, las empresas, los colectivos de todo tipo, los particulares... esos estuvieron al pie del cañón y unos 800 niños de San Fernando de más de 300 familias recibieron juguetes el día 6 de enero. Y de otra forma no los hubieran recibido.
Cuando Fernández Loaiza hablaba con este periódico grabando la entrevista a modo de homenaje de esta casa a la Asociación de Reyes Magos -en los próximos días ya harán el balance- llovía a mares por culpa de la borrasca Filomena.
La Asociación de Reyes Magos se salvó del agua -¡menos mal que se salvó de algo!- tanto en la Cabalgata atípica sin caramelos y en un autobús descapotable como de la estancia de los Reyes Magos en el Castillo de San Romualdo y en la Escuela San José. ¡Qué menos!
Un homenaje de todos
Nadie podía imaginar que este año -en realidad nadie se podía imaginar nada de nada de lo ocurrido en todos los aspectos- habría 24 Reyes Magos, ocho Heraldos y ocho Estrellas de Oriente.
Era el homenaje de la Asociación de Reyes Magos, del Ayuntamiento y de la ciudad a todos los colectivos que trabajaron en la primera línea de la pandemia durante el confinamiento y que lo siguen haciendo.
Sanitarios de todas las escalas, Policías Nacional y Local, Fuerzas Armadas, farmacéuticos, comerciantes, empleados de las distintas actividades esenciales, estaban representado en ese extraordinario despliegue de agradecimiento.
Y representantes de esos colectivos iban en la carroza adornada para la ocasión saludando a los pequeños y mayores a lo largo de un vasto recorrido que dio la vuelta a la ciudad. O a casi toda, por si alguien de algún barrio ejerce su derecho de réplica.
Disfrutaron los niños y mayores y disfrutaron las personas que encarnaron a los personales mágicos de cada principios de año. Nadie es capaz de medir, ni en esta atípica Cabalgata ni en las de otros años, si los Reyes, Heraldos y Estrellas disfrutan más desde arriba que los que los ven desde abajo.
En unos días se conocerán todos los datos de esta gran odisea con final feliz en la que los beneficiados han sido todos, grandes y mayores, porque se ha tratado de un ejercicio de imaginación y voluntad compartida por todos para vencer obstáculos.
Cuando han pasado las fiestas y la normalidad ha vuelto a la ciudad -con subida de contagiados por la Covid-19 como era de esperar- el Ayuntamiento puso en marcha los planes habituales tras la noche de Reyes con todos los contenedores llenos de envoltorios.
El Área de Desarrollo Sostenible, a través de la empresa concesionaria del servicio de Limpieza, dejó los contenedores en perfecto estado de revista. La fiesta ha terminado y lo que se espera es que la de 2021 no sea “histórica”. Con una basta.