El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha agradecido este lunes a las instituciones de la Unión Europea su apoyo a España y respuesta "contundente y firme" en la "crisis sin precedentes" que tuvo lugar la pasada semana en Ceuta con las "llegadas masivas" de migrantes, al tiempo que ha pedido a Marruecos respeto a las fronteras.
"Quiero agradecer la solidaridad y la respuesta contundente y firme del conjunto de las instituciones europeas", ha expresado a su llegada a la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas.
En una declaración sin preguntas, el presidente del Gobierno ha subrayado que el Consejo europeo, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y "muchísimos gobiernos" se "solidarizaron" con España "al ver las imágenes de llegadas masivas de migrantes" a Ceuta.
En esta línea, Sánchez ha recalcado que las relaciones de España con Marruecos "se tienen que basar en dos pilares fundamentales", que son la confianza y "el respeto a las fronteras" europeas y españolas en Ceuta y Melilla.
"La relación de la UE con Marruecos, de España con Marruecos, es estratégica. Nosotros queremos una relación lo más constructiva posible pero se tiene que fundamentar sobre dos ejes primordiales: la confianza y el respeto, en este caso el respeto a las fronteras de Europa, españolas, de Ceuta de Melilla", ha enfatizado.
Además, ha aprovechado también para recordar a Rabat que "no hay mayor ni mejor aliado dentro de la UE que España" para "defender intereses estratégicos para Marruecos y tan necesarios también para la UE".
Con todo, no se espera que Sánchez eleve la crisis de Ceuta a la discusión de los jefes de Estado y de Gobierno esta tarde. España, en concreto, no lo ve necesario porque la primera respuesta "quirúrgica" desde Bruselas satisfizo al Gobierno, que cree que el modelo de cooperación y gestión migratoria entre España y Marruecos es un ejemplo de buenos resultados, según fuentes diplomáticas.
España sí participa de la preocupación de Italia por la falta de avances en la reforma europea y considera desequilibrada la propuesta de la Comisión Europea que sirvió de partida para la negociación, que diluye el mecanismo de reparto obligatorio de la acogida y plantea deportaciones "patrocinadas" por los países cerrados a la solidaridad en esa acogida.