El boxeador Óscar de la Hoya, poseedor de 11 títulos mundiales en seis categorías diferentes, y que el 11 de septiembre, con 48 años de edad, volverá a subirse a un cuadrilátero, declaró a EFE que regresa al boxeo 13 años después de su retirada "para cerrar un capítulo" de su vida.
La última vez que De la Hoya tuvo una pelea oficial fue en diciembre de 2008, en Las Vegas, ante el boxeador filipino Manny "PacMan" Pacquiao. Como De la Hoya reconoció a EFE, "PacMan" le ganó "y muy bien".
"No quería retirarme", explicó el boxeador a EFE pocos días antes de su pelea en el Staples Center de Los Ángeles contra el luchador brasileño de artes marciales mixtas Vitor Belfort.
"Dejé mis emociones hablar. Estaba derrotado, agotado y mi mente dijo 'ya retírate'. Mi físico decidió por mi. Me tomó todos estos años para tener el coraje, la fuerza de decir 'sabes que, voy a regresar y cerrar este capítulo en mi vida y cerrarlo y vivir en paz'. Por eso estamos aquí, porque quiero demostrarle a mi mismo que puedo hacer esto", declaró.
"Lo estoy haciendo para cerrar un capítulo de mi carrera, de mi vida", añadió con aplomo.
"Y los 48 años es solamente un número", dijo aunque a continuación reconoció que el entrenamiento está siendo difícil.
NO PUEDE ESPERAR A SUBIR AL CUADRILÁTERO
"Estoy cansado, los entrenamientos son bastante fuertes. A los 48 años ya no es lo mismo entrenar que teniendo 25 años. Pero me siento muy bien físicamente. Emocionalmente estoy en paz. He estado entrenando fuerte para esta pelea desde hace seis meses. Así que sí, estoy cansado, pero la semana de la pelea voy a descansar el cuerpo, la mente y vamos a estar súper para la pelea", añadió.
"La verdad es que no puedo esperar a subir al cuadrilátero el 11 de septiembre y que suene la primera campana y demostrar que sí puedo", continuó con ilusión en su voz.
Además de una motivación personal para volver a subirse a un cuadrilátero 13 años después de su última pelea, De la Hoya, cuyo padre y abuelo también fueron boxeadores, tiene otra razón para regresar a la lona.
"En el boxeo, en el nivel más alto de este deporte, sí hay mucho jovencito que prefiere no pelear tan fuerte. No están pensando en el honor, en el legado, en ganar campeonatos mundiales para ser los mejores del mundo. Están pensando más en el negocio", dijo el boxeador estadounidense de origen mexicano.
De la Hoya añadió que ahora, "la mentalidad es diferente".
"No estoy diciendo que sea mala pero en mis tiempos el trabajo fuerte, la disciplina era todo. Era como 'te vas a coronar y ser una leyenda, vas a dejar un legado'. Mi consejo para muchos boxeadores y jovencitos es que no piensen en el negocio, en el dinero, no piensen en no levantarse temprano. Piensa en tu legado, en el honor del deporte. Y lo demás va a suceder, te va a seguir, el dinero, la fama, todo", declaró.
De la Hoya profesa respeto hacia Belfort, conocido por la fuerza de su pegada, pero el angelino dijo que tiene ya definida su estrategia para el 11 de septiembre.
"Veo la pelea fuerte, porque él es un peso completo y yo jamás he peleado en un peso completo. Pega fuerte, sabe boxear, pero la estrategia es ser más inteligente que él. La rapidez yo la tengo. El poder lo tengo. Tengo quijada si me pega. No sé si me noquee, pero el aguante si lo tengo", explicó.
INTELIGENCIA COMO ESTRATEGIA
"Creo que ser inteligente, mover de lado a lado, confundirlo, porque muchas veces los peleadores de UFC no saben como caminar dentro del cuadrilátero. No más saben pelear, pegar. Es como una pelea callejera. Así que creo que es usar mi inteligencia, moverme de lado a lado, confundirlo, muchas fintas, para hacerlo reaccionar", continuó.
"Tiene que ser una estrategia perfecta. Así que creo que va a ser muy complicada pero me tengo que mantener bien disciplinado, toda la pelea, minuto por minuto, segundo por segundo, y ver qué pasa", terminó.
De la Hoya no quiere comprometerse más allá de la noche del 11 de septiembre. Pero deja la puerta abierta a que el encuentro con Belfort no sea el último de su regreso.
"Depende de cómo me vea. No quiero hacer el ridículo arriba del cuadrilátero. Quiero verme bien. Quiero demostrarme a mi mismo que todavía tengo suficiente para seguir peleando. Esta pelea la voy a hacer por mi mismo, pero si todo sale bien, físicamente, mentalmente, emocionalmente, voy a seguir, ¿por qué no?", declaró.
Lo que si tiene claro el "Chico de Oro", su apodó tras la victoria en los Juegos Olímpicos de Barcelona, es que hay algo que es más duro y difícil que pelearse con Belfort y que no piensa hacer en el futuro.
En 2018, De la Hoya exploró entrar en el mundo de la política estadounidense e incluso se planteó la posibilidad de una carrera presidencial.
"La verdad que no", contestó De la Hoya a la pregunta de si se plantea de nuevo una carrera política.
"Obviamente sí necesitamos bastante ayuda. Creo que mucha gente en este país quizás está confundida porque no tenemos un líder que nos pueda dar dirección hacia un mejor futuro. No tenemos ese líder. Pero es muy complicado. Más complicado que enfrentarse a un Vitor Belfort, y pelear contra un peso completo. No hay futuro para mí en la política", concluyó.
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Óscar De la Hoya vuelve al boxeo "para cerrar un capítulo"
"No quería retirarme", explicó el boxeador a EFE pocos días antes de su pelea en el Staples Center de Los Ángeles
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