A mujeres a las que sometía con ritos de vudú tras captarlas en su país natal con falsas ofertas de trabajo en España
La Audiencia Provincial de Almería ha impuesto penas que suman siete años y medio de cárcel a un matrimonio nigeriano que prostituía en cortijos de la provincia almeriense a mujeres a las que sometía con ritos de vudú tras captarlas en su país natal con falsas ofertas de trabajo en España.
La sentencia, dictada por conformidad y a la que ha tenido acceso Efe, señala que los acusados, junto a la hermana de la mujer, que no ha podido ser juzgada, captaban en Nigeria a las víctimas y luego las explotaban "en el ejercicio de la prostitución, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad por la asunción de una deuda de 30.000 euros".
El fallo señala uno de estos casos, que comenzó en el primer semestre de 2016, cuando la acusada, "máxime responsable del entramado", contactó con dos de las víctimas en "connivencia y ayuda de su hermana", asegurándoles que iban a trabaja cuidando de una persona de edad avanzada.
"Para dominar su voluntad fueron sometidas al rito ''vudú'' y les hicieron jurar que a cambio de los gastos de viaje y manutención, tendría que pagar el equivalente en moneda local a unos 30.000 euros, con la advertencia de morir, ellas o sus parientes, en caso de que no satisficiera dicha cantidad", señala la sentencia.
Así, las mujeres emprendieron un viaje por carretera hasta llegar a Libia, desde dónde partieron en patera a Italia, un trayecto pagado por el acusado por "mandato" de su pareja.
"El viaje por mar, que se prolongó varios días, puso en peligro la vida e integridad de las testigos protegidas y todos los que viajaron a bordo", señalan los magistrados.
Una vez en Italia, ingresaron en un centro de refugiados y después en un centro de menores en Padua. Cuando se hallaban en el este último, la hermana de la acusada llamó por teléfono a una de ellas y les dijo que fuesen a España.
Como intentaron eludir esta orden, una de ellas fue coaccionada "al llevar a su madre biológica a la casa del vudú", logrando que accediesen a sus deseos, siendo recogidas por un hombre que les proporcionó una documentación falsa y las trasladó hasta España en Barco.
Finalmente, llegaron hasta Sevilla, dónde el matrimonio les informó que iban a ejercer la prostitución, siendo "atemorizadas por las promesas realizadas en Nigeria en la casa de vudú y por la advertencia de que matarían a sus familias".
Así, se vieron "abocadas a obedecer a los procesados", siendo prostituidas en el bar ubicado en el cortijo de una tercera acusada en Roquetas de Mar (Almería), dónde realizaban esta actividad "sin días de descanso" y entregando la totalidad del dinero a la propietaria este local, que entregaba dichas cantidades a la principal acusada.
También realizaban trabajos en otros prostíbulos, como el regentado por una cuarta acusada, si bien el dinero acababa siendo remitido siempre a la cabecilla.
El matrimonio ha sido condenado por delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual en concurso ideal con un delito de prostitución coactiva y otro delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros a un total de siete años y medio de cárcel, y al pago de una multa de 12 meses, a razón de cuatro euros diarios.
La tercera acusada ha sido condenada a cinco años de cárcel por un delito de prostitución coactiva, y a la cuarta una pena de seis meses de cárcel por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. A ambas se les impone además una multa de 12 meses a razón de cuatro euros al día.