Uno de los acusados por tiroteo mortal en Gádor se autoinculpa

Uno de los cuatro miembros del clan de los ‘Minos’ acusados por el asesinato en Gádor (Almería) de un hombre con el que mantenían una discusión, y que se enfrentan a penas de entre 21 años y 42 años de prisión, se ha autoinculpado este miércoles, si bien ha sostenido que disparó para defenderse y defender a su padre, sin intención de matar.

I.F.S. ha sido el primero en declarar y ha asegurado que la familia celebraba un cumpleaños cuando escuchó discutir en la calle a la víctima y a su progenitor, A.F.R., por lo que afirma que salió y vio a ambos con un arma en la mano mientras se apuntaban el uno al otro.

“Me asusté muchísimo, me puse muy nervioso”, ha asegurado para añadir que se dirigió al dormitorio de su padre, rebuscó en el armario y cogió una escopeta, con la que regresó a la vía pública. “Cuando (la víctima) me ve, se puso más nervioso todavía. Dijo: Esto se acaba ya, os voy a matar a todos”, ha aseverado.

Según I.F.S., fue el fallecido el que disparó en primer lugar, tras lo que él hizo lo propio pero sin “disparar a matar, sino a una furgoneta” con la intención de que se “asustara y parara”.

Ha afirmado que la víctima se puso entonces junto a la parte delantera de la furgoneta, se echó para atrás y continuó con los disparos, por lo que él respondió con varios impactos. “Disparé en todo momento para el suelo, no para matar”.

Ha reconocido que el hombre cayó al suelo y ha apostillado que a continuación llegó un hermano de éste, que recogió el arma del finado y lo persiguió mientras disparaba, por lo que le respondió con la escopeta mientras huía de él, sin responder exactamente cómo esta persona recibió un disparo en los glúteos si supuestamente iba tras él.

Posteriormente huyó del lugar en un turismo con familiares y al llegar a una rotonda en Benahadux (Almería) vio llegar a otro hermano del fallecido en un coche de gran tamaño. “Noté en ese momento que iba a colisionar contra nosotros (…) Estaba tan asustado que saqué el arma por la ventana y disparé al aire, no con intención de matar a nadie”, ha declarado.

En esta línea, ha insistido en que ni su padre ni sus hermanos, A.F.S. y R.F.S., tuvieron nada que ver, a la vez que ha recordado que se entregó por este motivo, si bien ha sostenido que no expresó esta versión antes porque su anterior abogado no le dejó declarar.

Los dos hermanos de I.F.S. han ofrecido declaraciones coincidentes en este punto y han manifestado que cada uno estaba en un sitio distinto, uno en el cumpleaños y el otro en su piso “regando una plantación de marihuana”, y han explicado que si tenían armas era para defenderse de los que querían robar estas plantas, no para usarlas.

Ambos han insistido en que escaparon a Gerona para evitar represalias y no para escapar de la justicia.

Por su parte, el padre ha asegurado que la víctima “empezó a renegar con los niños” durante el cumpleaños, y que más tarde lo vio con su hijo con discapacidad dirigirse hacia una furgoneta, de la que cogió algo. Según este acusado, el hijo de la víctima se metió en casa -todos insisten en que no estaba en la calle, ya que es uno de los principales testigos-, y su progenitor apareció con un rifle.

“Yo tenía un arma en mi coche (…) Lo abrí y cogí el arma”, ha abundado, para añadir que tras esto se fue a pedir explicaciones a este hombre sobre “por qué estaba renegando” y por qué “se metía” con su familia.

“Dijo que le teníamos harto (…) Fuimos alzando la voz (…) Se echó para atrás, cogió la escopeta y se vino hacía mí. Saqué mi arma. Nos estábamos apuntando los dos, y en ese momento salió I.F.S.”, ha relatado.

Sin embargo, uno de los testigos que ha declarado este miércoles, un excuñado y exyerno de los acusados, ha asegurado que A.F.R. disparó antes que su hijo, si bien el arma se le encasquilló, y que I.F.S. hizo lo mismo desde “el costado” a un metro o metro y medio de la víctima. También ha precisado que no vio disparar a los otros acusados, pero que “también iban armados”.