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El jardín de Bomarzo

Leyenda del Rey muerto

El final de curso suele ser época de balances, casi al nivel de lo que sucede a final de año

Publicado: 22/07/2022 ·
11:50
· Actualizado: 22/07/2022 · 11:50
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Bomarzo

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El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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El final de curso suele ser época de balances, casi al nivel de lo que sucede a final de año. Pero los cursos, académicos y políticos, acaban antes de agosto para volver a empezar en septiembre, muestra de ello es lo que sucede estos días en torno a la toma de posesión de Moreno Bonilla al frente de la presidencia de la Junta y la confección del que será el gobierno que le acompañe a lo largo de cuatro años, también el comité federal que celebrará el PSOE este sábado y en el que, tras menos de un año del congreso en Valencia, el partido volverá a virar respecto a sus órganos internos de poder por cuanto la deriva negativa electoral y las últimas encuestas les advierten del peligro venidero.

Las divergencias existentes dentro del PSOE y, en concreto, entre Moncloa y Ferraz es asunto bien conocido en todas las capas del partido y resulta hasta fácil reconocer las afinidades familiares en cascada, tanto como las consecuencias cuando uno de los líderes cae y, con él o ella, el consiguiente efecto dominó. Esta semana se ha conocido la dimisión de Adriana Lastra, hasta ahora la número dos del partido y una de las dirigentes más cercanas a Pedro Sánchez, por "la cuestión personal" de estar embaraza sin detenerse a explicar que ante los embarazos de riesgo lo natural es darse de baja, no dimitir. Aunque sea una baja prolongada, aunque su puesto al frente, entre otras cosas, de la comunicación requiera constancia y presencia, pero lo ejemplarizante para el colectivo femenino al que tanto representa y tan bien defiende es darse de baja, no dimitir, pero lo hace así porque en realidad la cuestión esconde la confrontación existente dentro del partido, el hecho de que Sánchez prefiere que se vaya, los malos resultados cosechados por el partido en Madrid, Castilla y León y Andalucía, el agrio enfrentamiento con el secretario de organización Santos Cerdá y, todo junto, la necesidad obligada de seguir los pasos de otros que fueron cómplices y generadores de la marca Pedro Sánchez y que hoy deambulan por el monte del olvido, como Ábalos, Carmen Calvo o el propio Iván Redondo, su gurú metido en asesorar por Latinoamérica porque firmó no hacerlo en España en un plazo de al menos dos años tras su salida del gobierno.    

Cuentan que Lastra se va unos minutos antes de que la inviten a salir y esto iba a suceder en propuesta de la ejecutiva este mismo sábado a las diez de la mañana, media hora antes de que se celebre un comité federal que respaldará las propuestas de la ejecutiva y en el que todo hace indicar tomarán peso Patxi López, Antonio Hernando y Pilar Alegría en detrimento de otros como, por ejemplo, Felipe Sicilia, que cae en desgracia y pasaría de posible candidato en Andalucía y portavoz al olvido de manera paralela a Lastra, con quien mantenía cercanía y proyecto. Continuaría en sus labores Santos Cerdá, al menos eso parece, y la intención es cambiar en profundidad una política de comunicación que ha sido un auténtico desastre en todos los sentidos, tanto en la manera de trasladar los mensajes como en la estrategia; lo primero es que para convencer al votante además de tener buena presencia y un discurso fácil y gramaticalmente correcto es conveniente manejar fondo de armario, callo político, y no es lo mismo que lo aplique Ábalos o Calvo a que lo haga Sicilia, lo segundo es a resultas del peinado al raso que sobre su cuello práctico Sánchez a Iván Redondo y que ha dejado al gobierno sin fontanería fina.   

La cuestión es el César, Ave los que van a morir. Pedro Sánchez ha finiquitado prácticamente a todo el equipo de confianza que le hizo presidente y está elevando a todos los que en su momento se enfrentaron a él, el propio Patxi López es un ejemplo -fue el tercer candidato junto a Díaz y el propio Sánchez-. Le queda Susana Díaz y, quién sabe, igual termina por incorporarla y a nadie quepa duda que llegado el caso ambos se tomarían ese café, pelillos a la mar. De hecho Susana está esperando, no se sabe bien qué, pero esperando. La política de Estado es poder y el poder no admite tregua, tiene muchos caminos, se recorren todos en la búsqueda del objetivo final, pero el político de raza medra porque no se deja arrinconar rodeándose de escrúpulos.

El PP, mientras, cierra el curso haciendo números, sabiendo que las encuestas ya le dan por encima del PSOE y viendo la necesidad de encontrarse con Vox en un fututo, por ello los gestos hacia la formación de Abascal son y serán constantes en los próximos meses, tanto para llegar a acuerdos en Madrid como para hacerlos en diputaciones y cabildos. El próximo año será intenso, con una Junta armada de poder popular y mucho en juego, con esa música del parque de atracciones a punto de comenzar a sonar y la noria en modo movimiento suave de arranque; cuando la noria arranca uno no sabe las vueltas que dará antes de detenerse, tampoco si la suerte te llevará a que pare y estés en una de las cabinas de arriba disfrutando de bellas vistas o, por contra, te toque abajo junto a la sala de máquinas, donde no hay vistas y huele a aceite quemado. Pero estar.

Un estudio releva que los ciclos de la vida están definidos y cambian cada siete años, incluso es fácil identificar en qué periodo te encuentras y hacia cuál vas en un proceso evolutivo que abarca desde el crecimiento físico en los primeros ciclos de siete hasta los 28 años, el desarrollo de lo material hasta los 56 y la búsqueda de lo interior y espiritual desde entonces, todo ello en periodos que son favorables y en otros en los que, por lo contrario, deberíamos limitar nuestras actuaciones para evitar fracasos. Ciclos de vida. En política sucede algo similar, los ciclos terminan, los liderazgos se acaban y lo hacen por mala gestión, por hartazgo del ciudadano votante, por desgaste de imagen, pero el afectado/ada jamás suele querer verlo y se resiste pese a que en el salto mortal arrastre a otros consigo. Tampoco nadie se atreve a verbalizarlo.

Cuenta la leyenda que en una tribu del amazonas se niegan a aceptar la muerte de su Rey y cuando éste fallece le coronan, le rodean de flores, alimentos y frutas variadas y bailan a su alrededor hasta que el cadáver se descompone y empieza a oler y es entonces cuando, forzados por el fétido aroma, le entierran y nombran a otro Rey. Que tampoco sabrá irse antes de empezar a oler a muerto.

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