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En román paladino

Sucedió en Granada

Puntillosos hasta el extremo para denunciar a los demás y tan lerdos para detectar tanta anomalía

Publicado: 30/11/2021 ·
09:32
· Actualizado: 30/11/2021 · 09:32
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  • Pablo Casado. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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El capellán de Franco,  monseñor José María Bulart,  compendió  lo que los franquistas piensan: “Si el Generalísimo no está en el cielo es que el cielo está vacío…era un hombre de una piedad auténtica. Esencialmente religioso…. Yo creo que ser cristiano y militar eran los dos valores de su vida”. Lo decía quien bromeaba con los “enterados” que firmaba Franco mientras ratificaba las condenas y él alegremente le decía “Qué, ¿enterado?”.

Nadie del equipo de Casado se enteró de nada. Tampoco él.   Una equivocación la comete cualquiera. Si ocurre,  se pide disculpas  y la opinión pública lo excusa.  Sucedió en Granada. Que el líder de la oposición  esté presente en una misa dedicada al descanso eterno del alma del Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos, dictador  durante  cuarenta años,  es una anomalía. La misa es el verdadero despropósito. Que la Iglesia Católica lo explique como   normal es un  escándalo.  La prensa internacional y el parlamento europeo se han hecho eco de  tan feo como extraño asunto.

Se  ha reiterado. Casado no lo  sabía. Muy seguramente.  Que no conocía que se celebraba en la  preciosísima capilla  del Sagrario, aneja a  la catedral,  ese acto religioso.  Que tampoco se percató  de las preces que se dedicaron al dictador. Que  no  vio las banderas con escudos anticonstitucionales que estaban en el templo.  Ni entendió el significado de las coronas de laurel con la bandera  de la fundación convocante delante del altar  mayor.   Que no se dio cuenta de la naturaleza  ideológica de los que le solicitaban selfies a la salida,  ni oyó los Cara al Sol -brazo en alto- cantados posteriormente. Tenemos  un problema.  Puntillosos hasta el extremo  para denunciar a los demás y tan lerdos  para detectar tanta anomalía. El Evangelio lo explica bien: “Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la astilla del ojo de tu hermano”. (Lucas.6,42). Un poco de humildad. Es lo relevante de la presente historia para Casado y su equipo.

La espita  la abrió un tuitero, un joven que  no pertenece a la esfera política:   ”Con Pablo Casado asistiendo a la misa del Generalísimo”, ”Tengo a Pablo Casado detrás mía en misa, y justo en la misa del 20-N con la corona de laurel". Y el acto  dejó de ser privado. 

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