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Miércoles 27/11/2024
 
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Vecinos de Arbolí,8 piden al Obispado la rehabilitación de su finca

Pilar Bonilla y Jessica del Castillo llevan años ?luchando? para que el Obispado, propietario de la finca, la rehabilite, algo que hasta la fecha no se ha podido hacer ante la negativa de otros dos vecinos a ser realojados.

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  • Pilar Bonilla espera con desesperación una solución ante el mal estado de la vivienda. -
  • Viven entre humedades y sin ventilación y llevan dos años luchando por encontrar una solución
  • Hay compromiso para adecentar los pisos mientras no se apruebe el proyecto de rehabilitación
  • No hay pacto entre Obispado y Junta para afrontar las obras de la finca
Son muchas las personas que viven en hogares que no reúnen las condiciones mínimas o que se encuentran en mal estado y que el propietario del piso, por uno u otro motivo, busca mil artimañas para no hacer frente a una reforma. En esta ocasión, varios vecinos se ven atados de pies y manos porque, aunque contando con la buena voluntad del propietario, desde hace años esperan una solución que no llega y mientras viven en una situación que cada día se agrava más.
Concretamente, varios vecinos de Arbolí, 8 y 10, están viviendo con unas humedades tremendas, sin ventilación alguna y con numerosos riesgos por el deterioro que sufre la casa con los años. Pilar Bonilla y Jessica del Castillo llevan años “luchando” para que el Obispado, propietario de la finca, presente una solución.
La primera opción que se barajó fue realojar a los vecinos (todos en régimen de alquiler) mientras rehabilitaban la finca, pero dos de ellos “no aceptan porque tras la rehabilitación van a perder metros en su casa”, ya que la idea era aprovechar más los espacios y poder dar cabida a más casas.

Sin solución
Ante esto, Obispado y Junta de Andalucía no llegan a un pacto para poder afrontar la rehabilitación y mientras, Pilar y Jessica siguen viviendo en sus casas en una situación delicada que han denunciado al Ayuntamiento, cuyos técnicos confirmaron en su informe que la casa no reúne condiciones al presentar grandes humedades por la ausencia de ventilación, algo que está afectando negativamente a la hija de Jessica, que sufre bronquitis asmática y, pese a su corta edad, toma cuatro medicamentos distintos al día.
“Si no tiene el consentimiento de todos los vecinos la Junta no puede rehabilitar la finca”, pero Pilar y Jessica aseguran que “el Obispado debe mediar, como propietario, para buscar una solución”: “Ya ni nos atienden cuando vamos allí. Nos prometieron una reunión hace cinco meses y seguimos esperando. Sólo nos dicen que hablemos nosotros con los vecinos para convencerlos y no podemos hacer eso”. De todos modos, continúa Pilar, “mi padre lleva pagando el alquiler 30 años y mi hija (Jessica) más de dos, y así todos, por lo que no entiendo que digan que no pueden arreglarlo porque no tienen dinero. Entonces, ¿que hacen con el dinero del alquiler?” dice, sugiriendo que si la Junta no puede realizar la rehabilitación que lo haga el Obispado como propietario.

Adecentamiento
Además, indican otras alternativas que han propuesto, pero que el Obispado ha rechazado: “El piso que está frente al mío está vacío desde hace años y está mejor ventilado, pero no me permiten que me pase a él y en la Plaza San Martín hay otro piso vacío de su propiedad y tampoco me realojan allí”, recalcando que “llevamos dos años luchando por una solución que no llega” por lo que pide “ayuda a la Junta y al Ayuntamiento” para que “medien en el asunto para dar con una salida”.
Por su parte, el Obispado de Cádiz es conocedor de las dificultades que están pasando estas familias y ha ofrecido una solución a corto plazo, pero que no convence a los vecinos afectados. En concreto, la Fundación Adolfo Carneiro, dependiente del Obispado, se ha comprometido a adecentar las casas, eliminar las humedades y arreglar los desperfectos de la finca, lo que sería una solución mientras no se apruebe el proyecto de rehabilitación. Estas obras de reforma, aseguran desde el Obispado, están pendientes sólo de la firma de conformidad de los vecinos, quienes lo conocen desde el martes, pero que aún no se han pasado a firmar, señalan. Mientras, tanto Pilar como Jessica concluyeron que esta no es una solución puesto que las humedades no es algo que se pueda arreglar y terminan apareciendo de nuevo, reiterando que lo que deben hacer es rehabilitar la finca.

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