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Sábado 23/11/2024
 
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Transición inacabada

El procesamiento al juez Garzón saca a la luz las dos Españas

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El mundo entero asiste escandalizado al procesamiento del juez Baltasar Garzón por querer resarcir a las víctimas del franquismo. El juez Varela, que ha admitido la querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias y de Falange, lo acusa de prevaricación y se ampara en que Garzón ha pasado por encima de la Ley de Amnistía y la Ley de Memoria Histórica al abrir un procedimiento contra los responsables de los crímenes franquistas. Sin embargo, muchos juristas coinciden en que los crímenes de lesa humanidad no prescriben y que quienes acusan a Garzón van a tener muy difícil probar que éste actuara de manera ilegítima, sobre todo teniendo en cuenta que éste decidió declararse incompetente ante el recurso del fiscal de la Audiencia Nacional. El hecho de que el Tribunal Supremo haya decidido meterse en un berenjenal semejante no se explica más que por un intento de sus integrantes de saldar cuentas con el “juez estrella”. Celos, rencillas internas y cuestiones políticas están detrás del intento de inhabilitación del juez que más ha luchado contra ETA, el narcotráfico y la corrupción. También han quedado patentes de nuevo las dos Españas: por un lado la izquierda, que empieza a movilizarse por la causa; y por otro la derecha, que se frota las manos ante la posibilidad de quitarse de en medio al magistrado tras el caso Gürtel y que califica las críticas al Supremo de “atentado contra la democracia”, olvidando que el Poder Judicial es tan criticable como todos los demás. Y en el fondo de la cuestión, las víctimas, que van a ser de nuevo las grandes olvidadas, con la doble humillación de ver cómo sus verdugos son ahora las víctimas. Lo que ha salido a la luz con todo este asunto es que la democracia en España no está tan consolidada como pensábamos, porque hay una parte que no termina de admitir la realidad de lo que fue el franquismo, y otra a la que ni siquiera se le deja honrar a sus muertos. Mientras esto no se consiga, la Transición no habrá terminado.

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