El brandy de Jerez dejará de estar castigado fiscalmente en Filipinas
La Organización Mundial del Comercio dictará una resolución contra los impuestos que sufre
El presidente del Consejo Regulador del Brandy, Evaristo Babé, expresó ayer en nombre de esta entidad la “satisfacción” por el veredicto que presumiblemente dictará la Organización Mundial de Comercio en el expediente abierto a Filipinas en el que establecerá la ilegalidad del sistema fiscal de ese país sobre las bebidas alcohólicas en las que discrimina de forma importantísima a los productos de la UE y los Estados Unidos.
Este veredicto, que se conocerá oficialmente el mes que viene, es sumamente importante para el brandy de Jerez porque Filipinas es el principal mercado de esta bebida espirituosa y el brandy jerezano está compitiendo con otras bebidas similares locales gravado con un impuesto cuarenta veces superior al de las espirituosas producidas en el país.
De eliminarse esa discriminación fiscal por recomendación de la OMC, las ventas de brandy de Jerez subirían de manera notable, con todo lo que ello conlleva para el sector.
Babé comentó que todo lo que se ha sabido del veredicto da la razón a las demandas del brandy de Jerez, que fue uno de los promotores de la denuncia que ahora se va a resolver, “al principio en solitario” y después con el apoyo de la Comisión europea y de las organizaciones profesionales americanas también afectadas.
Tras expresar su “prudencia” a la hora de emitir una opinión final sobre este asunto, subrayó que el brandy de Jerez era la bebida espirituosa más importante de Filipinas, por delante del wisky escocés o cualquier otra, por lo que la confirmación de ese veredicto era igualmente importante para Jerez, ya que “el desarrollo que puede tener el brandy de Jerez en Filipinas puede permitir un incremento de ventas” en ese país que suponga la recuperación de la crisis que padece el sector desde hace años.
Babé no ocultó que hay cierto excepticismo en cuanto a cuándo y cómo las autoridades filipinas aplicarán la recomendación de la OMC, porque “hay quienes piensan que ya inventarán alguna fórmula para seguir manteniendo la discriminación” actual.
No obstante, desde el Consejo Regulador del Brandy se mostró el “respeto” por el Gobierno filipino y el “convencimiento” de que “el espíritu que está animando a las autoridades de modernización” ayudará a que se implemente esta resolución de la OMC “de forma adecuada y cuanto antes”.
Evaristo Babé aseguró que así se pedirá desde el Consejo, subrayando que un canal privilegiado es el del propio embajador de España en Filipinas, Jorge Domecq, jerezano, diplomático de carrera, que lleva tres meses en el cargo, “y conoce perfectamente nuestra posición y está haciendo gestiones en apoyo y defensa de los intereses del brandy de Jerez”.
El presidente del Consejo Regulador, mencionó además, a otras “personas claves” en que este proceso que han contribuido a que sea posible. Babé citó a Ricardo Rebuelta; a César Saldaña, director general del Brandy o Bruno Guisar, asesor en Bruselas.
Y opinó que se puede ser optimista porque “cuando se suma una acción diplomática a otra del comercio y los empresarios los resultados tienen que ser favorables”, concluyó.
Cinco años de discriminación
El problema de discriminación en el grado que se da en este momento comenzó, según explicó el director general del Consejo Regulador del Brandy, César Saldaña, en el año 1997, aunque fue el 1 de enero de 2005 cuando se crearon las cuatro categorías del impuesto sobre el alcohol en Filipinas que perjudican de forma importante al brandy.
Esta clasificación dejó en el primer nivel de impuestos a todos los productos alcohólicos locales, estableciéndose el mismo sobre los precios de los productos, por lo que algunos de los brandys jerezanos ocupan el tercer nivel de impuestos y otros en el cuarto y más elevado.
En todo caso, según explicó Saldaña, se está hablando de diferencias que con el paso del tiempo, se han situado entre 11 y 43 veces por encima de los impuestos a un producto local.Saldaña comentó que ha habido intentos por parte del Gobierno filipino de resolver esa situación pero no se ha hecho hasta la fecha, mostrando igualmente su confianza en que ahora se haga, no tanto por la decisión de la Organización Mundial de Comercio, sino por la propia actitud que hay en el país de querer incorporarse con todas las consecuencias a la comunidad internacional y cumplir con sus reglas del juego para ser un país moderno en todos los sentidos.
César Saldaña expresó también su “optimismo” en relación con que el veredicto que se haga público en agosto por la Organización Mundial del Comercio se haga realidad “con toda la lentitud con la que se ponen en marcha las cuestiones legales”, calculando que en cuestión de un par de años se pueda hablar ya de una mayor equidad entre los impuestos que pagan los productos locales y el brandy de Jerez.
Un mercado de 160 millones de botellas
El brandy de Jerez, según explicó Evaristo Babé, está vendiendo en este momento del entorno de ocho millones de botellas cada año en ese país, siendo el mercado total del brandy en Filipinas de unos ciento sesenta millones de botellas.
Estos datos reflejan el potencial enorme que hay si cambian las reglas del juego. Babé dijo que “si soportando la discriminación fiscal que existe estamos con una cuota del 5% aproximadamente, las posibilidades que tendremos en el momento en el que esa discriminación fiscal no se produzca” son enormes.
Babé aseguró que el mercado filipino sigue creciendo, del mismo modo que lo hace su economía y de la misma manera que se moderniza.Además, el presidente del Consejo Regulador significó que muchos filipinos están “buscando las raíces hispanas” que se perdieron cuando Filipinas dejó de ser colonia y pasó con rapidez a la influencia americana, algo que puede beneficiar al comercio con ese país en general y al del brandy en particular de cara al futuro inmediato.
Este veredicto, que se conocerá oficialmente el mes que viene, es sumamente importante para el brandy de Jerez porque Filipinas es el principal mercado de esta bebida espirituosa y el brandy jerezano está compitiendo con otras bebidas similares locales gravado con un impuesto cuarenta veces superior al de las espirituosas producidas en el país.
De eliminarse esa discriminación fiscal por recomendación de la OMC, las ventas de brandy de Jerez subirían de manera notable, con todo lo que ello conlleva para el sector.
Babé comentó que todo lo que se ha sabido del veredicto da la razón a las demandas del brandy de Jerez, que fue uno de los promotores de la denuncia que ahora se va a resolver, “al principio en solitario” y después con el apoyo de la Comisión europea y de las organizaciones profesionales americanas también afectadas.
Tras expresar su “prudencia” a la hora de emitir una opinión final sobre este asunto, subrayó que el brandy de Jerez era la bebida espirituosa más importante de Filipinas, por delante del wisky escocés o cualquier otra, por lo que la confirmación de ese veredicto era igualmente importante para Jerez, ya que “el desarrollo que puede tener el brandy de Jerez en Filipinas puede permitir un incremento de ventas” en ese país que suponga la recuperación de la crisis que padece el sector desde hace años.
Babé no ocultó que hay cierto excepticismo en cuanto a cuándo y cómo las autoridades filipinas aplicarán la recomendación de la OMC, porque “hay quienes piensan que ya inventarán alguna fórmula para seguir manteniendo la discriminación” actual.
No obstante, desde el Consejo Regulador del Brandy se mostró el “respeto” por el Gobierno filipino y el “convencimiento” de que “el espíritu que está animando a las autoridades de modernización” ayudará a que se implemente esta resolución de la OMC “de forma adecuada y cuanto antes”.
Evaristo Babé aseguró que así se pedirá desde el Consejo, subrayando que un canal privilegiado es el del propio embajador de España en Filipinas, Jorge Domecq, jerezano, diplomático de carrera, que lleva tres meses en el cargo, “y conoce perfectamente nuestra posición y está haciendo gestiones en apoyo y defensa de los intereses del brandy de Jerez”.
El presidente del Consejo Regulador, mencionó además, a otras “personas claves” en que este proceso que han contribuido a que sea posible. Babé citó a Ricardo Rebuelta; a César Saldaña, director general del Brandy o Bruno Guisar, asesor en Bruselas.
Y opinó que se puede ser optimista porque “cuando se suma una acción diplomática a otra del comercio y los empresarios los resultados tienen que ser favorables”, concluyó.
Cinco años de discriminación
El problema de discriminación en el grado que se da en este momento comenzó, según explicó el director general del Consejo Regulador del Brandy, César Saldaña, en el año 1997, aunque fue el 1 de enero de 2005 cuando se crearon las cuatro categorías del impuesto sobre el alcohol en Filipinas que perjudican de forma importante al brandy.
Esta clasificación dejó en el primer nivel de impuestos a todos los productos alcohólicos locales, estableciéndose el mismo sobre los precios de los productos, por lo que algunos de los brandys jerezanos ocupan el tercer nivel de impuestos y otros en el cuarto y más elevado.
En todo caso, según explicó Saldaña, se está hablando de diferencias que con el paso del tiempo, se han situado entre 11 y 43 veces por encima de los impuestos a un producto local.Saldaña comentó que ha habido intentos por parte del Gobierno filipino de resolver esa situación pero no se ha hecho hasta la fecha, mostrando igualmente su confianza en que ahora se haga, no tanto por la decisión de la Organización Mundial de Comercio, sino por la propia actitud que hay en el país de querer incorporarse con todas las consecuencias a la comunidad internacional y cumplir con sus reglas del juego para ser un país moderno en todos los sentidos.
César Saldaña expresó también su “optimismo” en relación con que el veredicto que se haga público en agosto por la Organización Mundial del Comercio se haga realidad “con toda la lentitud con la que se ponen en marcha las cuestiones legales”, calculando que en cuestión de un par de años se pueda hablar ya de una mayor equidad entre los impuestos que pagan los productos locales y el brandy de Jerez.
Un mercado de 160 millones de botellas
El brandy de Jerez, según explicó Evaristo Babé, está vendiendo en este momento del entorno de ocho millones de botellas cada año en ese país, siendo el mercado total del brandy en Filipinas de unos ciento sesenta millones de botellas.
Estos datos reflejan el potencial enorme que hay si cambian las reglas del juego. Babé dijo que “si soportando la discriminación fiscal que existe estamos con una cuota del 5% aproximadamente, las posibilidades que tendremos en el momento en el que esa discriminación fiscal no se produzca” son enormes.
Babé aseguró que el mercado filipino sigue creciendo, del mismo modo que lo hace su economía y de la misma manera que se moderniza.Además, el presidente del Consejo Regulador significó que muchos filipinos están “buscando las raíces hispanas” que se perdieron cuando Filipinas dejó de ser colonia y pasó con rapidez a la influencia americana, algo que puede beneficiar al comercio con ese país en general y al del brandy en particular de cara al futuro inmediato.
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