El tiempo en: Córdoba
Viernes 28/02/2025
 

Andalucía

28F, mucho más que una fiesta para Andalucía

Andalucía celebra su autonomía cada 28F, pero la fecha esconde una lucha histórica que transformó su identidad y marcó su desarrollo

  • La bandera de Andalucía. -

El 28 de febrero no es solo una festividad en Andalucía, sino el símbolo de una reivindicación histórica que llevó a la comunidad a conseguir su autonomía. Esta fecha conmemora el referéndum del 28 de febrero de 1980, cuando los andaluces acudieron a las urnas para reclamar el derecho a un autogobierno similar al de las comunidades históricas como Cataluña, el País Vasco y Galicia. La victoria del “Sí” supuso un hito en la historia de la región y cambió su rumbo político, social y económico.

El camino hacia la autonomía andaluza

El sentimiento autonomista en Andalucía no surgió de la nada. Desde principios del siglo XX, figuras como Blas Infante, considerado el Padre de la Patria Andaluza, promovieron la idea de que Andalucía debía ser reconocida como una realidad nacional con derechos propios. Infante rescató símbolos históricos como la bandera verdiblanca, el escudo de Hércules y el himno de Andalucía, que décadas después se convertirían en los emblemas oficiales de la comunidad.

Sin embargo, la represión de la Guerra Civil y la dictadura franquista sofocaron cualquier intento de autogobierno. Fue durante la Transición española, con la restauración de la democracia, cuando la autonomía volvió a ser una posibilidad real.

El 4 de diciembre de 1977, Andalucía se movilizó como nunca antes: más de un millón y medio de personas salieron a la calle para exigir la autonomía plena. La jornada, sin embargo, quedó marcada por la tragedia en Málaga, donde el joven Manuel José García Caparrós fue asesinado por disparos durante la manifestación. Su muerte lo convirtió en un mártir del movimiento autonomista y reforzó la determinación del pueblo andaluz para continuar con su lucha.

El referéndum del 28F: la victoria del pueblo andaluz

El 28 de febrero de 1980, Andalucía se jugaba su futuro en un referéndum clave. Para acceder a la autonomía por la vía rápida del artículo 151 de la Constitución, cada provincia debía obtener al menos el 50% del censo electoral a favor del “Sí”. El resultado fue claro: en siete de las ocho provincias se superó ampliamente el umbral necesario. Solo Almería quedó por debajo, lo que generó incertidumbre sobre la viabilidad del proceso.

El dilema fue finalmente resuelto por las Cortes Generales, que modificaron la legislación para permitir la incorporación de Almería al proceso autonómico. Así, en 1981 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Andalucía, también conocido como Estatuto de Carmona, que estableció el marco legal del nuevo autogobierno. Andalucía se convirtió en la cuarta comunidad autónoma en lograr un estatus equiparable al de las llamadas “nacionalidades históricas”.

La autonomía como motor de cambio

Desde la entrada en vigor de su autonomía, Andalucía ha experimentado transformaciones profundas en múltiples ámbitos. En el ámbito cultural y de identidad, la autonomía consolidó el sentimiento andaluz, institucionalizando símbolos como la bandera, el escudo y el himno. Se promovió además la protección del flamenco, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, y se impulsó la investigación y divulgación del folclore andaluz en escuelas y medios de comunicación.

En cuanto a educación y sanidad, la descentralización permitió a la comunidad desarrollar un sistema propio, con la creación de nuevas universidades públicas en Jaén, Huelva, Almería y la Pablo de Olavide en Sevilla, lo que favoreció el acceso a la enseñanza superior. También se construyeron hospitales y centros de salud en toda la región, acercando la atención médica a zonas rurales y mejorando los servicios sanitarios para la población andaluza.

El crecimiento económico y el desarrollo de infraestructuras han sido otra de las grandes transformaciones de Andalucía. La Junta ha impulsado importantes proyectos, como la ampliación de la red de autovías, la conexión ferroviaria mediante líneas de AVE y la modernización de puertos y aeropuertos, convirtiendo a la comunidad en un punto clave para el comercio y el turismo. Sin embargo, a pesar de estos avances, el desempleo sigue siendo un problema estructural, con tasas que superan la media nacional y que requieren estrategias de diversificación del tejido productivo.

El desarrollo rural ha sido también una prioridad en la política autonómica. Se han puesto en marcha programas para frenar el despoblamiento de los municipios más pequeños, dotándolos de mejores infraestructuras y servicios básicos. Además, se ha fomentado el turismo rural y la agricultura sostenible, promoviendo productos con denominación de origen que han impulsado la economía local y reforzado la identidad andaluza.

28 de febrero: una celebración con historia

Cada 28 de febrero, Andalucía recuerda su lucha por la autonomía con actos oficiales y celebraciones populares. En el Parlamento de Andalucía, se realiza una sesión solemne con el izado de la bandera y la interpretación del himno. También se otorgan las Medallas de Andalucía y el título de Hijo Predilecto a personalidades destacadas que han contribuido significativamente a la cultura, la economía o la sociedad andaluza.

Además del acto institucional, en todas las provincias se organizan actividades que reflejan la identidad andaluza. En Sevilla, la Plaza de San Francisco se convierte en un punto de encuentro donde ciudadanos y autoridades rinden homenaje a los símbolos andaluces. En otras ciudades, como Granada o Málaga, se celebran conciertos al aire libre con música flamenca y actuaciones de artistas locales. También hay representaciones teatrales y recreaciones históricas que rememoran la lucha por la autonomía.

En los colegios, el "desayuno andaluz" se ha convertido en una tradición en la que los niños disfrutan de pan con aceite de oliva, acompañado en muchos casos de tomate o azúcar, mientras aprenden sobre la historia de su tierra. Durante la semana previa al 28F, los centros educativos organizan actividades pedagógicas en las que los estudiantes investigan sobre Blas Infante, la historia de la bandera andaluza y el significado del himno. En algunos institutos, incluso se realizan debates sobre el impacto de la autonomía y los retos que enfrenta la comunidad.

En los pueblos y ciudades, las calles se llenan de banderas verdiblancas y se organizan eventos culturales, exposiciones, ferias gastronómicas y actividades deportivas. Muchos municipios celebran concursos de fotografía con temáticas andaluzas y actos en los que los ciudadanos pueden compartir testimonios sobre la evolución de Andalucía desde la autonomía. La televisión y la radio autonómicas también juegan un papel clave, con programas especiales y entrevistas a protagonistas de la lucha por el autogobierno, manteniendo vivo el espíritu reivindicativo de la fecha.

Más de cuatro décadas después del referéndum, el 28F sigue siendo un símbolo del espíritu de lucha y unidad del pueblo andaluz. Representa la conquista de derechos y la consolidación de una identidad propia dentro de España. Si bien persisten retos, la autonomía ha sido clave para el desarrollo de Andalucía y su posición en el país. Como dice su himno: “Andaluces, levantaos, pedid tierra y libertad”, un mensaje que resuena con más fuerza cada 28 de febrero.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN