Siguiendo la estela de otras localidades, en Huelva había “necesidad” de organizar una Procesión Magna y, tras buscar diversos caminos, por fin se ha encontrado la oportunidad en este Año Jubilar y, por ello, en el próximo mes de septiembre tendremos nuestra Magna.
Desde que se anunció el proyecto y hasta ahora se han dicho muchas cosas y se han superado algunos obstáculos que, lógicamente, surgían en una organización de esta índole. Pero, afortunadamente, esas piedras en el camino se van superando y, al día de hoy, se puede decir que la Magna está prácticamente para poderse celebrar dentro de unas horas.
Ya se conocen las imágenes que procesionarán por las calles de Huelva; se sabe en qué templos permanecerán las citadas imágenes; se han publicado las bandas de música que acompañan a la veintena de pasos; ya se han distribuido el orden de paso y todo lo que lleva consigo un acontecimiento como éste que vivirá nuestra ciudad, con la esperanza de que no se repitan los fenómenos meteorológicos de aquella tarde de 1954.
También se han publicado las repercusiones, especialmente de tipo económicas, que va a producir esta jornada. Un chorreón de euros se moverán en este día para la satisfacción de muchos industriales que esperan la Magna como uno de los momentos álgidos de su facturación anual. Se dice que más de 60.000 personas venidas de fuera se unirán a los choqueros para vivir esta jornada que se promete inolvidable.
Todo está, como dijo aquel, atado y bien atado para que la Magna sea un éxito en todos los sentidos, empezando por el religioso, que ese nunca debemos olvidar. Y ya hay quienes están haciendo acopio de aquellas cosas necesarias aunque serán muchas las personas que consumirán en ese día que, no cabe duda, quedará marcado en la historia de esta añeja ciudad.
Un sí muy grande a la Procesión Magna y, en la parte que nos corresponda, poner nuestro granito de arena. Y ello a pesar de que, a nuestro juicio, hay un tema preocupante: la escasez de recorrido que va a tener la Procesión Magna, y que abarca la mayor parte de la Gran Vía, partiendo desde la plaza de Las Monjas en dirección a El Punto, ni 400 metros lineales, Un recorrido muy corto para todo cuanto se espera en ese día septembrino.
Si ponemos los diferentes pasos una detrás de otro, faltaría espacio; si le añadimos las representaciones, aún más y, cuando entren las bandas de música, entonces puede haber una gran distancia entre el comienzo y el final de la Procesión. Y no digamos nada de algo fundamental, el público que acudirá a contemplar este acontecimiento. El Consejo ha dispuesto 6.000 sillas y cabe preguntarse que esa cantidad qué significa en el total de personas, forasteros venidos especialmente para ver la Procesión y onubenses que se echaran a la calle. Por muchas vueltas que le doy, me falta muchísimo espacio para el discurrir del cortejo mariano.
El público querrá ver la procesión completa y no a trozos como, por ahora y salvo los que tengan silla en la Gran Vía, tendrán que hacer. Ahora veo a la Virgen de la Bella en esta calle y ahora salgo corriendo para ver a la de Montemayor en esa otra y así sucesivamente, pero será imposible contemplar todos los pasos y desfilando dentro de un orden.
¿Soluciones? Haberlas, las hay como, por ejemplo, que la Magna discurriera por toda la Carrera Oficial, es decir desde La Placeta, pasando por Méndez Núñez para desembocar en la Gran Vía. ¿Cuántas miles de personas caben en ese tramo? Muchas personas encontrarían así acomodo a sus ganas de disfrutar de la Magna, a disfrutar con los pasos de las Vírgenes de nuestra provincia y a vivir una tarde que quedará impresa en sus mentes.
Hasta ahora, la Magna es mínima cuando tiene oportunidad de ser esa procesión por todos soñada. Hay tiempo de solventar esta dificultad. Lo que hace falta son ganas de que seamos muchas más las personas que disfrutemos con la Magna en su totalidad y no verla fraccionadamente.
